Apenas unas horas antes de que a Kaká se le abrieran de par en par las puertas del Madrid, a De la Red se le cerraron de golpe. El jugador fue informado por el Madrid de que la temporada que viene no jugará con el equipo blanco. Él confiaba en volver ya a los terrenos de juego. Sin embargo, este martes conoció que el club ha decidido someterle a más pruebas médicas para detectar el origen del síncope de esfuerzo que, el pasado 30 de octubre en Irún, le hizo desplomarse sobre el terreno de juego.

El jugador no lo entiende. Sostiene que todas las pruebas a las que se ha sometido hasta ahora han dado negativo, y que por tanto validan su vuelta. Pero el Madrid no está dispuesto a arriesgar. Los médicos le contaron este martes que su situación médica no ha cambiado, que sigue sin detectarse el origen, y que por tanto es preferible, de momento, no volver a jugar. Pero también trataron de tranquilizarle, le dijeron que todavía es pronto para plantearse una retirada definitiva.

El Madrid citó este martes a De la Red para comunicarle la noticia. El jugador acudió al Bernabéu en compañía de su esposa, Tania, y de su representante. Allí se reunieron con los galenos, con Jorge Valdano, el director general del club, y con Miguel Pardeza, el director deportivo. 'Lo más importante ahora es tu salud', le dijo Valdano, 'pero si lo deseas, la institución está a tu disposición'.

El director general fue cariñoso y le ofreció la posibilidad de desempeñar tareas en el club (entrenador de cantera, representar al club en actos) mientras tanto. Pero que tenía que estar otro año sin jugar.

De la Red abandonó cabizbajo la reunión. Se cruzó con Kaká, le saludó, y dejó el estadio para recoger su traje de boda. Está feliz, se casa el viernes, pero al tiempo triste, no se olvida del fútbol. 'Tengo tanto mono que a veces le doy patadas al balón de plástico de Oliver (su hijo)', dice. Le toca esperar. El Madrid, según le dijo, colgará un comunicado para explicar su baja.