Dos goles de fortuna permitieron al Mallorca dar la vuelta a la eliminatoria y dejar a la afición del Sporting con una pésima sensación tras los partidos en este final de año que le sitúan en posiciones de descenso en la Liga y fuera de la Copa del Rey a la primera.

Parece práctica copera consensuada que los entrenadores den minutos de juego a los menos habituales y eso fue lo que hicieron ayer Preciado y Caparrós. Y en ese duelo de suplentes los dos equipos dejaron mucho que desear, aunque fueron los baleares quienes pusieron más ganas.

El Sporting llegaba con la ventaja del 0-1 conseguido en Palma, pero una jugada desgraciada de Álex Menéndez, lateral izquierdo del filial gijonés que despejó hacia su portería despistando a Cuéllar, empató la eliminatoria. Los asturianos intentaron reponerse hasta que, de nuevo Menéndez, pateó el balón, este rebotó en Nsue y acabó en el 0-2 definitivo.

Más clara fue la victoria del Espanyol ante el Celta. Los barceloneses sentenciaron el pase a octavos en una primera media hora frenética, con espacios y mucho ritmo, en la que De Lucas acabó expulsado por protestar y Weiss adelantó al equipo catalán en la jugada siguiente.

El conjunto gallego, que venía de un empate a cero en la ida de Balaídos, no pudo remontar un choque que se puso 2-0 justo tras la reanudación. Además, un gol en propia puerta de Hugo Mallo puso el punto final. Hacía falta un milagro y los pericos, que cierran diciembre con nota, no lo permitieron.

Un balón al palo de Weiss y otro de Sergio García, ambos ovacionados, dejaban muy claras las intenciones blanquiazules. Querían más goles y Álvaro, de nuevo, fue el culpable del tercero. Toni, tras una jugada individual, le dio el 3-1 a David Rodríguez, que remató desde el segundo palo. Pero ni la roja a Amat cambió el guión: cinco minutos después un preciso centro de Dátolo, acabó dentro por el cabezazo de Sergio García. Sólo faltaba el 4-2 de David Rodríguez.