Sin mando ni pegada

El Madrid debió evitarel tú a tú con el Barça
Exigía el partido un guión al Madrid de equipo físico aguerrido, presionante y nunca jugarle de tú a tú, en posesión de balón a un Barça superior en ésta faceta. De inicio salió decidido a jugar arriba, a presionar y no dejar construir. Poco a poco, los de Pellegrini fueron cediendo terreno y sólo podían correr tras el rival y esperar contras. Apenas Ronaldo, en alguna contra, daba impresión de poder llegar a finalizar. Gago y Xabi Alonso se metían atrás con los centrales intentando no dejar espacio a Messi. Pocas salidas en ataque de los laterales (Arbeloa y Ramos), Higuaín apenas entraba en juego y Van der Vaart no podía con el trivote de centrocampistas culé.messi, siempre messi

Una de sus pillerías desarmó a los blancos
Messi en una pillería, sacando una falta, desnudó el entramado madridista y marcó, lo que obligó a cambiar la intención en ataque a los madridistas. Esto ofreció más espacios a los delanteros del Barça, dejando claras las carencias blancas en orden de juego y transición.

La búsqueda de la coherencia
Pellegrini tiene que echar mano de Guti. Necesita al 14 para dibujar pases coherentes a los delanteros. Quita a Marcelo y se queda con menos entrada exterior todavía. El Madrid va a arreones, con Ronaldo a la cabeza, y encuentra ocasiones que no convierte, esto salva la dignidad pero no gana el partido. Las diferencias siguen patentes. Hasta la pegada va a favor del Barça que, con menos ocasiones, gana.