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Manolo Jiménez: "No me conformo, quiero ganar la Liga con el Sevilla"

La división que genera su propuesta futbolística en la grada del Sánchez Pizjuán choca con su eficacia en la tabla.

ALBERTO CABELLO

Manolo Jiménez vive enredado en una paradoja. Es uno de los artífices de una de las mejores campañas en la historia de Sevilla, pero con un sector crítico bastante ruidoso. Parte de la grada no comulga con el juego del equipo. Con unos números indiscutibles, está a punto de llevar al conjunto andaluz a la Champions sin tener que pasar por la previa. Aun así, su continuidad no está garantizada.

¿Qué recomienda para los aficionados a las apuestas: sigue o no en el Sevilla?

No voy a recomendar nada. Ambas partes no sentaremos cuando acabe la Liga para analizar la trayectoria. Habrá que valorar mi trabajo.

Habla como si aún tuviera que demostrar algo, no parece que su equipo marche tercero.

Es lo que me ha tocado vivir. Llevamos más de 20 jornadas en esa posición, llegamos a estar segundos. Es la presión y la exigencia con la que trabajo.

Ahora que habla de exigencia... ¿No le parece que Del Nido aprieta demasiado el cinturón cuando proclama que una derrota es una crisis?

A mí no me lo parece; a los jugadores, tampoco. El presidente es una persona ambiciosa y el que quiera estar en este Sevilla, debe pensar así. Hay que apostar por esta presión. Estamos cumpliendo las expectativas, hay equipos con mayor presupuesto por debajo de nosotros. Esto no se detiene aquí. No me conformo, quiero ser campeón de Liga.

¿Y cómo explica este debate de su continuidad en el equipo? ¿Cómo asume que una parte de la grada le grite que se vaya?

Hay veces que me digo, pero qué quieren. Soy Manolo Jiménez, el de Sevilla, el de la cantera, el de toda la vida. Tengo al equipo tercero. Cuando pierdo, pierdo yo, y cuando gano, me callo y no levanto la voz. Cada uno tiene derecho a pensar y a opinar como quiera, pero yo estoy muy orgulloso de mis jugadores y estar en esta posición en la Liga.

¿La afición siempre tiene la razón?

Es soberana y libre para opinar lo que quiera. Hay mucha gente que está a favor de este cuerpo técnico, pero no levanta la voz. Lo noto en el día a día, cuando voy a tomarme un café a cualquier sitio.

¿No se acabaría el debate si Del Nido dijera mañana que usted sigue si lleva al equipo a Champions? ¿No denota desconfianza esta indecisión?

El presidente puede hacer lo que quiera. Llegamos a un acuerdo por el que hablaríamos cuando acabara la temporada. Yo escucharé su análisis y ellos tendrán que oír mis propuestas.

¿Y cuál es su análisis?

Yo he tenido que pelear con esta presión contando casi todo el año con 16 futbolistas nada más y he sido capaz de tener al equipo todo el año arriba.

¿Convive bien entonces con la presión y la crítica?

Desde que llegué al primer equipo, ha sido durísimo. Pero eso me ha hecho crecer y ser un entrenador con las ideas más claras. Sin ningún tipo de ironía, yo agradezco las críticas que con respeto se me han hecho y se me hacen.

Su mejor aliado son los números. Le colocan como uno de los entrenadores con mejor trayectoria en la historia del Sevilla.

¿Por qué gana el Barcelona? Porque tiene los mejores números. ¿Por qué el Sevilla está el tercero? Porque sólo tenemos a dos equipos por delante con mejores números. Mi trabajo se resume en mi trayectoria y yo estoy satisfecho de lo que se ha conseguido hasta ahora.

Hay muchas formas de conseguir esos números: sus detractores le recriminan que hay partidos de juego muy pobre, que juega en ocasiones más pendiente del rival, como ante Osasuna, o que prescinde de extremos.

Los equipos vienen a Sevilla a no perder, a meterse atrás. Nos tratan como un grande, aunque no tengamos los recursos de los grandes. Llevamos 16 años sin ganar en Pamplona y la mayoría de las veces hasta nos han goleado. El otro día logramos un punto en un campo complicado y tuvimos ocasiones para llevarnos la victoria.

Tampoco habría que perder de vista que este año se presentó sin Keita, Alves, Poulsen...

Lleva tiempo moldear a un equipo sin esos jugadores. El Madrid se gasta una millonada en diciembre para reforzar el equipo. Nosotros tuvimos el alta de Perotti, un chico de la cantera, que ahora que juega bien, es un crack, y cuando lo subí al primer equipo, decían que quién era Perotti. No somos ni el Milan, ni el Manchester.

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