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Marco Rubén tira la tapia griega

El Villarreal se arma de panciencia para vencer por la mínima al Paok

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Marco Rubén, con olfato de rata, halló uno de los pocos agujeros en la pared griega. En un partido trabado, sólo cabía acertar las escasas oportunidades que se presentaran. El argentino lo hizo pasada la media hora. El Villarreal sacó así adelante uno de esos encuentros incómodos, cerrados y que requiere calma budista. La tuvo.

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El PAOK salió bien plantado, echando raíces en el centro y esperando que Muslimovic pillara algún balón suelto. Ante semejante panorama, el Villarreal tiró de paciencia, de pases entre líneas e hilando muy fino. Rasgar esa tela de araña se antojaba difícil. Media hora larga tardaron los castellonenses en crear una verdadera ocasión de peligro. Fue la única, pero Marco Rubén sacó petróleo.

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A fallback.

Los griegos adelantaron líneas por exigencias del guión cambiado. Vitolo siguió incrustado prácticamente en su defensa, pero en lugar de jugar con retrovisor miró más hacia arriba. El Villarreal, a pesar de que el PAOK no dio muchas señales de peligro, siguió tejiendo con calma, sin fiarse de un equipo griego siempre correoso. Marco Rubén pudo sentenciar mediada la segunda parte, pero se topó con Kresic. Cani también pudo hacerlo cerca del final. Los griegos, sin mordiente, claudicaron.

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