Este artículo se publicó hace 14 años.
Más toque como solución
Alonso apela a la necesidad de usar mejor el balón para que el fútbol del equipo convenza
El Madrid trabaja estos días la creación de espacios en ataque. Mourinho y sus jugadores andan a la búsqueda de soluciones que respondan a la pregunta que acabaría con las críticas al mal juego. ¿Qué hacer con tanta posesión de balón? Los jugadores lo comentan y lo hablan con su entrenador, al que se empieza a examinar el caudal de conocimientos que le trajo hasta el Madrid. "Los conceptos teórico-tácticos los estamos hablando, pero no estamos teniendo tiempo de trabajarlos en el campo. Los entrenamientos hasta ahora han sido de recuperación y de preparación de los partidos", asegura Xabi Alonso, el futbolista bisagra del plan Mourinho.
Bajo el mando del entrenador portugués, los porcentajes de posesión del balón son altos, pero sólo ante el Ajax apareció una versión atractiva del equipo. "Se dan muchos partidos como el del Auxerre. Nos cedieron el control de la pelota, se juntaban nueve jugadores más el portero y dejaban sólo un jugador arriba, eso te da mucha posesión y es muy difícil romper ese tipo de partidos", analiza Alonso.
El problema es el mismo que ya agobió al vestuario desde el inicio de la temporada anterior. Igual que bajo la dirección de Pellegrini, el discurso de la verticalidad de los delanteros ha vuelto a instalarse para justificar la falta de fluidez y claridad en la circulación del balón ante adversarios que conceden pocos espacios. Se vuelve a repetir el mensaje de que jugadores como Cristiano, Kaká, Higuaín, Benzema o Di María no pueden jugar al toque. "Si hay ese discurso hay que intentar demostrar en el campo que sí podemos hacerlo, lo hemos hecho a fases y ahora hay que intentar conseguir esa continuidad para completar buenos partidos", advierte el tolosarra, que ve en un mejor uso del balón una manera de que el equipo satisfaga el paladar del madridismo.
Cristiano es vertical, pero ¿acaso Messi no lo es? La diferencia es que el argentino forma parte de un estilo que le da tanta importancia a la recuperación del balón como a su uso en todo tipo de situaciones. Ha sido un mal endémico en muchos de los últimos entrenadores del Madrid el domesticar sólo el talento en aras de una fiable colectividad defensiva. Mijatovic, Robinho, Kaká, Robben, Benzema... todos tuvieron o tienen entrenadores que se preocuparon mucho de integrarles en el engranaje defensivo del equipo, pero ninguno se ocupó de explotar sus virtudes con el balón colectivamente, una tarea más relacionada con sus virtudes que debería suponer menos problemas que saber cómo colocarse o cuando presionar según la posición de balón.
"Hay que conseguir continuidad en el toque para completar buenos partidos"
Aunque con altibajos, lo primero que ha resaltado del trabajo de Mourinho ha sido la presión y los conceptos defensivos, algo natural en un técnico convencido de que la construcción de un equipo ganador empieza por atrás y de que arriba debe primar la libertad instintiva del jugador: "En el ultimo tercio Mourinho da libertad, luego es la decisión del jugador de dar un pase claro o tirar a puerta si lo ve claro. No está premarcado".
Al Madrid de Mourinho se le han detectado tres defectos. El trabajo con el balón cuando no hay espacios, la falta de acierto de los delanteros, problema con el que no contaba el portugués, y la pérdida del control del partido por una mala presión en Anoeta, Valencia y en algunas fases de los encuentros ante el Espanyol y el Auxerre. Con el equipo partido, las estadísticas dicen que Xabi Alonso fue el futbolista que mas kilómetros recorrió ante el Auxerre. La descoordinación en la presión obligan al tolosarra a realizar esfuerzos continuados y de largo recorrido para tapar grietas. Mientras el equipo acaba de asimilar por completo a Mourinho, Xabi corre por él, por los defensas que se descuelgan al ataque y vuelven tarde y por los centrocampistas que no van a tiempo a presionar. "Es una función muy especifica y posicional. Tienes que ayudar a los de alrededor. Es una función muy responsable porque tienes que proteger a los defensas y a los medios, no es la primera vez que lo he hecho", explica Alonso, que también apela a la necesidad de corregir ese defecto: "Cuanto mejor trabajemos todos como equipo, más control del partido tendremos y si controlamos vamos a ser más competitivos y ganaremos más encuentros en la Liga y en Europa, donde a partir de octavos hay que preparar más los partidos".
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