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Masoud tumba al Sporting

Osasuna y Sporting firman un partido con poco fútbol pero con actitud, que se llevaron los navarros con un solitario gol

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Hubo actitud, pero no fútbol. Es normal cuando sobran nervios, cuando la paridad por la permanencia es tan exacta. Menos de un tercio de competición ya avala lo que se va a sufrir por abajo, los apuros con los que algunos asumen su rol por salvarse. Los dos intérpretes de ayer supieron aceptar su papel con pocas paradas, sin intermitencias, con una marcha más empujando en el trasero, la que les ahogó, por momentos, ante los mordiscos rivales.

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La falta de juicio, a veces, derriba muros. A falta de ideas, brotó vigorosa la velocidad. Sin los talentosos Aranda, Diego Castro y con Juanfran lacerado por el dibujo de Preciado, el balón aumentaba el ritmo por la lluvia. Y en ese hábitat apareció Nacho Novo, con la costumbre amansada en Escocia, para empalmar de volea al larguero cuando se cumplía el minuto 21. El susto despertó a los navarros. Se atiborraron de metros e hicieron un retrato de los apuros asturianos hasta el descanso. Nekounam o Soriano no sacaron brillo a sus armas en dos oportunidades donde lo extraño fue errarlas.

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A fallback.

La tesis que expuso el Sporting en la reanudación fue un plagio de lo que exhibieron en el inicio del choque. Calcaron sus embestidas, arrinconaron a los de Camacho y, cuando más se gustaban, mostraron la inercia infantil que les ha llevado a la parte baja de la tabla. De una ocasión de tablero a su favor nació el gol navarro. Mancharon la pizarra de Preciado con una ejecución mezquina que permitió una contra local que lacró, por bajo ante Juan Pablo, Masoud.

Perfilado el marcador, volvieron a la palestra los perpetuos problemas asturianos. Bien dispuestos, pero sin dinamita. A Osasuna le costó poco mantener un tesoro que lo único que hace en el rival es magnificar unos números desastrosos; dos victorias en los últimos 23 partidos oficiales.

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