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Mou apela a su historia

El luso no pierde como local en Liga ante los eternos rivales de los clubes que ha dirigido

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

José Mourinho sabe que en una sociedad global, vertiginosa y empachada de información es muy difícil seguir al detalle la trayectoria de un técnico que en 11 años ha dirigido a cuatro de los grandes clubes de Europa. Y eso que él da pistas. “La segunda temporada debe ser mejor que la primera. Ahí debe verse lo que han aprendido el entrenador y el equipo”, avisó el entrenador del Real Madrid el pasado abril.

Fue una verdad a medias. El equipo sí parece haber asimilado beneficiosos conceptos de los que carecía hace un año, pero Mou se limita a repetir el guión que le ha llevado al éxito en anteriores estaciones. Una rutina únicamente redecorada con las pinceladas locales propias de cada club en el que trabaja.

Dado que los aspectos técnicos, tácticos y estratégicos se trabajan de forma creciente en secreto, en sesiones a puerta cerrada, los entrenadores deben manejar la escena pública. Ahí, el patrón de Mourinho es diáfano: hacer ruido el primer año de estancia en un club y ponerse el traje de moderación en la segunda temporada. Además, el portugués, maniático de los detalles, aterriza en cada ciudad con el objetivo primordial de ganarse a la afición a base de bravuconadas, desafíos y, sobre todo, con triunfos ante el más acérrimo enemigo de turno.

Mourinho no ha perdido delante de sus sucesivos incondicionales ni un solo clásico en el campeonato doméstico. De los diez disputados, sólo ha empatado dos. Y siempre ha ganado los que se juegan en su segunda temporada.

En el estadio O Dragao, su Oporto doblegó al Benfica las tres veces que recibió en Liga a los lisboetas (3-2, 2-1 y 2-0). Luego, cuando emigró a Inglaterra, su Chelsea venció en

Stamford Bridge tres de las cuatro ocasiones en las que se enfrentó al Manchester United (1-0, 3-0 y 2-1). La peculiar condición de nuevo rico del conjunto londinense no le confiere a este duelo la misma pasión que los grandes clásicos del balompié europeo, pero precisamente el carácter incendiario de Mou ha sido vital a la ahora de ahondar en esa rivalidad.

Italia sí arde cuando Inter y Juventus, dos colosos históricos, se encaran en pugna por la supremacía norteña tradicionalmente pretendida por Milán y Turín. Mou regaló a la afición neroazzurra tantas victorias, dos (1-0 y 2-0), sobre La Vecchia Signora como Ligas disputó el Inter bajo su dirección.

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