Este artículo se publicó hace 13 años.
Mou llega tarde a su penúltimo título
El portugués presumió de curso hace tres semanas, y ayer el fútbol mundial le subió la calificación
"2010 es el mejor año de mi carrera. Si hay que poner una nota desde el punto de vista profesional, de 1 a 10 me pongo un 11". Con Mourinho, la exageración acaba convirtiéndose en norma. El portugués presumió de curso hace tres semanas, y ayer el fútbol mundial le subió la calificación. Le declaró el mejor del universo. Algo de lo que el propio Mou, con premio o sin él, ya estaba convencido.
A punto de cumplir 48 años (el día 26), al entrenador portugués se le agotan los retos. Está inmerso en un prodigioso desafío, asaltar con el Real Madrid el trono de un Barcelona descomunal, y tiene apuntado en su agenda la obtención de un éxito sonado con la selección portuguesa. Nada más.
Ha ganado ligas en Portugal (Oporto), Inglaterra (Chelsea) e Italia (Inter), dos veces en cada ocasión; dos Ligas de Campeones (Oporto, 2004 e Inter, 2010), una Copa de la UEFA (Oporto, 2003), una Copa y dos Supercopas lusas, una Copa y dos Copas de la Liga inglesas y una Copa y una Supercopa italianas. La FIFA premió ayer su reciente triplete con el Inter, pero él se lo tomó como un reconocimiento a su carrera.
Por eso se emocionó cuando, minutos antes de conocer el veredicto, Sneijder le mencionó expresamente para agradecer su presencia en entre los once más destacados del año. Luego, cuando Silvia Neid, seleccionadora alemana elegida mejor entrenadora, dijo su nombre, Mourinho se levantó de la butaca y, antes de subir al escenario a recoger el galardón, buscó a los jugadores del Inter presentes en la sala. Abrazó efusivamente a Maicon, Lucio y Sneijder y, en el camino, también saludó a Cristiano y a Casillas. Posteriormente explicó sus dos maneras de querer: "Esto se lo debo a ellos (los del Inter), son futbolistas a los que amo y espero algún día amar también a los del Madrid".
Así es Mou. Directo, claro y contundente. Dentro y fuera del campo dirige a tumba abierta, sin concesiones. Va a lo suyo. De hecho, fue el único de los aspirantes que no compareció en la rueda de prensa previa a la gala. El avión fletado por el Madrid llegó tarde.
Lejos de la competición, el luso exhibe su perfil más relajado. Desnuda el lado amable de la irrefrenable pasión que siente por el fútbol. Por eso ayer colmó de halagos a los candidatos. Confesó su admiración por Del Bosque y Guardiola, y tuvo palabras elogiosas para todos los futbolistas implicados directa o indirectamente en la elección: "Messi es un jugador de otro mundo, aunque yo lo siento por Sneijder, por Cristiano y fundamentalmente por Xavi".
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