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Munúa mete el fútbol en la cárcel

GONZALO CABEZA

Munúa no podía esperar que su puñetazo a Aouate le deparase tantas consecuencias negativas. Primero perdió la titularidad que había conseguido pocas fechas antes. En el mismo envite terminó apartado de la plantilla -junto a su compañero, el agredido-. Por último, y debido a la repercusión del caso, la fiscalía de Betanzos decidió entrar de oficio en el caso, resuelto ayer en un juicio rápido. Tras dos horas de vista, el juez dictó una sentencia que puede marcar un antes y un después en el protegido fútbol de élite: nueve meses de cárcel para el portero agresor.
La condena se vio reducida a seis meses por la aceptación de los cargos por parte de Munúa. Además, por no ser reincidente, la pena se ha conmutado por una sanción económica de 3.600 euros. Esta multa tendrá que ser pagada por el guardameta antes de que termine el año. Y el dinero irá a parar a las arcas del Estado, al haber sido la fiscalía la que ha actuado de oficio en esta ocasión. Aouate aún tiene la posibilidad de solicitar una indemnización.
Aouate no quería
Munúa aceptó su condena y no realizó declaraciones tras el juicio. Sí habló, el portero agredido, que aseguró que "no quería" declarar, pero que tuvo que hacerlo y que había dicho "la verdad". Lotina, por su parte, abrió las puertas a ambos porteros para la readmisión en el equipo, pero considera necesaria la petición expresa de la plantilla. El técnico ve "muy difícil" que se produzca.
Que un fiscal entre de oficio en un caso como éste es algo poco habitual. Ha decidido obrar así por la repercusión mediática, según comentaron ayer representantes de las asociaciones judiciales. Más habituales en el mundo del fútbol son las denuncias en categorías inferiores por agresiones dentro del campo. El procedimiento jurídico es el habitual, sólo se salvan las lesiones debidas a la práctica habitual del deporte. D

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