Habrá que buscar nuevos retos para Rafa Nadal en las primeras rondas de los torneos de tierra. Apuesta segura, lo único por dilucidar es cuánto tiempo aguantará su rival los mandobles del número uno del mundo. El último, el belga Christophe Rochus, no le duró ni una vuelta de reloj: 55 minutos para un tanteo apabullante (6-2, 6-0) en octavos de final del torneo Conde de Godó. El camino a la final se allana aún más porque su rival en cuartos, David Nalbandian, anunció su retirada por molestias en la cadera.

'Es un jugador de una grandísima calidad. El de cuartos iba a ser un partido buenísimo que había levantado una gran expectación, pero sabemos que estas cosas pasan y lo único que podemos hacer es desearle al argentino una pronta recuperación', afirmó Albert Costa, director del torneo, tras conocer la noticia.

Nalbandian era de los pocos que había puesto en situación apretada a Nadal esta temporada. Con cinco bolas de partido, acorraló al número uno en los octavos de final del Master 1000 de Indian Wells esta temporada. El tesón del español rescató un partido que cualquier otro jugador del circuito hubiera dado por perdido.

El partido fue tan plácido que muy poco se puede contar de él. Rochus salió a la pista derrotado, sin intención de toser bola alguna al tetracampeón del torneo barcelonés. El milagro es que pudiera ganar dos juegos en el primer set. Fue mucho más exigente el entrenamiento matutino que la cita de octavos de final. La retirada de Nalbandian da a Nadal descanso hasta el sábado. Un respiro en su apretado torneo en las semanas previas a su segunda gran cita de la temporada en París.