En el deporte, la gloria de unos lleva asociada la desdicha de otros. El domingo, Federer batió todos los registros: ganó Wimbledon, su decimoquinto grande, y recuperó el número 1 del mundo gracias a su sexta victoria sobre la hierba de Londres.

En el otro lado de la moneda, la cruz, se encontraron Roddick, una vez más derrotado por el suizo; Sampras, que ya no podrá afirmar haber ganado más que el resto, y por supuesto, Nadal.

Rafa consiguió las cotas más altas de su carrera deportiva sólo un año antes en el mismo escenario en el que Federer se coronó para la eternidad. Wimbledon le daba la victoria más veces soñada y le colocaba en la situación perfecta para atacar el trono de la raqueta. Las cosas tras el torneo siguieron bien: los Juegos, Australia y la sensación de que su número 1 estaba ahí con opciones de perpetuidad.

Sin embargo, la derrota contra Soderling en París y la lesión en una rodilla ha cambiado radicalmente el panorama. El dolor que supone perder la primacía en el tenis mundial es mayor al ver que ni ha podido defender ese puesto sobre las canchas.

La recuperación de Nadal sigue en los mismos términos que al principio. No se han planteado plazos para que vuelva a jugar y se necesitará después de la cura un tiempo de entrenamiento para recuperar el ritmo.

La mejor situación posible sería la vuelta para los dos Masters 1.000 del verano: Canadá y Cincinnati. Si no acude a ellos, la posición mundial del español se puede ver resentida y, en el caso de que vaya, es casi imposible que recorte la ventaja que tiene Federer sobre él (el suizo suma 11.220 puntos y Nadal, 10.735). Murray (9.450) también tendría opciones para quitarle el segundo puesto.

En el primer torneo importante, Canadá, Nadal ganó, por lo que no podrá mejorar su puntuación. Además, en agosto perderá los 800 puntos que consiguió con el oro olímpico. Federer sólo defenderá en Toronto 10 puntos, por lo que sólo puede sumar. De los Juegos, sólo perderá 200 puntos. Murray fue semifinalista en Canadá, por lo que perderá 450 pero puede sumar hasta 1.000.

Las cosas con Federer no mejoran en Cincinnati. El año pasado, el suizo cayó en segunda ronda (150 puntos) y Nadal, en semifinales (450). Sí podrá recuperar a Murray, que ganó (1.000). Sus esperanzas quedarán para Nueva York. En el cuarto Grand Slam del año, Federer (2.000) se proclamó campeón, Murray (1.400) finalista y Nadal se quedó en penúltima ronda (1.900).