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Nadal contra su techo

El numero uno balear sólo ha ganado un torneo en pista cubierta. David Ferrer, el otro representante español, se estrena hoy frente a Federer en el Masters

GONZALO CABEZA

Londres es el último reto. Y Nadal lo sabe. 'Mi objetivo es el Masters, es lo único que me queda por ganar', dijo poco después de imponerse en Nueva York. Una vez conquistados Roland Garros, Wimbledon, Australia, Estados Unidos, la Copa Davis y el oro olímpico, ya sólo le falta una filigrana para tener al menos una pieza de todos los eventos soñados. Bien es cierto que el torneo final de la temporada, ahora llamado World Tour Finals, no tiene la preponderancia de los años ochenta, en los que para los tenistas se encontraba por delante de Australia como objetivo deseable, pero se mantiene como un sueño mayor para el jugador, más aún si, como es el caso, sirve para cerrar un círculo inimaginable para la mayoría.

El torneo de Londres es para Nadal el más difícil, como él mismo ha reconocido en varias ocasiones. El primer motivo de preocupación es la competencia: sólo juegan los ocho mejores del mundo, por lo que no existen partidos fáciles. Rafa debutará mañana contra Roddick y, después, tendrá que verse las caras con Djokovic y Berdych, ambos derrotados por Nadal en finales de Grand Slam esta misma temporada: el serbio en Nueva York y el checo en Londres.

También está la duda del físico. Nadal acostumbra a llegar sin mucha gasolina a los últimos meses del calendario. Esta temporada ha conseguido fuelle para sobreponerse en Nueva York, un momento de forma que supo arrastrar hasta Tokio, donde también se impuso. Después de aquello, falló en Shanghai y, sobre todo, se quedó fuera del indoor (pista cubierta) de París por unas molestias en el hombro.

Como último escollo, Nadal tendrá que sortear un enemigo profundo en su carrera: el techo. Sólo uno de los 43 títulos de su carrera, Madrid en 2005, llegó en pista cubierta. Su récord indoor es de 43 victorias y 26 derrotas, un 62% de efectividad que queda lejos del 76% que tiene en pistas duras, el 85% en pistas no cubiertas o su impresionante 93% en tierra batida. En la presentación del torneo, el balear se mostró conforme con la superficie: 'La bola salta poco, pero la pista no es extremadamente rápida'.

A pesar de todos los escollos, es uno de los favoritos. Es el número 1, el ganador de los tres últimos Grand Slam y el absoluto dominador del tenis en el año 2010, pase lo que pase en Londres. Su sonrisa cuando llegue al pabellón O2 será inversamente proporcional al gesto exhibido la temporada pasada, cuando apareció en el torneo hecho un mar de dudas, incapaz de ganar a un top-10 y en uno de sus momentos más bajos: perdió los tres partidos.

Nadal no es el único español presente. David Ferrer, que ya fue finalista en 2007 una posición a la que nunca ha llegado Nadal, está en un buen momento. En Valencia, su torneo, certificó la entrada al campeonato. Unos últimos meses brillantes le han llevado a Londres dejando fuera, entre otros, a Verdasco. Su mérito es absoluto, año tras año se mueve entre los diez primeros con el esfuerzo y el sacrificio como brújula de su carrera. Es un tenista competitivo que en Londres no estará sólo para aparentar: siempre llega a la pista pensando en ganar, en no rendirse, en seguir luchando. Hoy debuta contra Federer.

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