Nadie baila al son de Stoner

Todo marcha a la perfección para Casey Stoner, que hasta pudo en los entrenamientos del viernes salvar la vida de una ardilla que buscó aposento justo en la trazada de una curva del circuito de Indianápolis. La emoción en el motociclismo la dan las décimas y las milésimas, pero el australiano se empeña en mantener a sus rivales a una distancia sideral. Sólo Ben Spies y Jorge Lorenzo pudieron bajar del segundo de diferencia.

Por lo que cuentan el campeón del mundo y su jefe de operaciones, Ramón Forcada, poco más se puede hacer para acercarse a menos de las siete décimas de la sesión de ayer. La Yahama del español mejoró respecto a las sesiones previas. Mejoró la supervivencia de la goma delantera en el áspero asfalto de Indianápolis. Todos los equipos se quejan de lo mismo: los neumáticos no duran más de tres o cuatro vueltas en óptimas condiciones. Luego sólo queda esperar que la degradación sea lo más lenta posible y mantener el equilibrio.

Si Stoner es capaz de meter más puntos de distancia con Lorenzo, las opciones de revalidar el título ya irán siendo más quimera que realidad. Pocas horas de sueño tendrán los mecánicos para encontrar la configuración milagrosa que regale una carrera disputada. En las mismas condiciones que las vividas ayer el australiano no tendrá rival.