Este artículo se publicó hace 12 años.
Nelson justifica el revolcón de Mel
El Betis, con ocho novedades, gana al Athletic en el último minuto
Son el Betis y el Athletic dos equipos que juegan largo. De campo a campo sin demasiada elaboración ni condimento. Usan esa teoría del camino más corto para apañárselas. Así que el encuentro de ambos en el césped aporta trayectos sin paradas intermedias. El ferrocarril va del origen al destino sin dejar ni tomar pasajeros por el camino.
Los verdiblancos mantuvieron esa misma línea a pesar de que Mel le pegó una sacudida a la alineación después de esas dos feas interpretaciones ante el Granada y el Mallorca. Desde el portero al delantero casi todo era nuevo, aunque la ideología se mantuviera idéntica. Lo mismo en el conjunto de Bielsa, que a pesar de la baja por sanción de Ander Herrera le puso esa marcha de un lado a otro.
La salida del Betis fue mucho más animosa. Llevaba 180 minutos de silencio y todas las novedades arrancaron con el acelerador a tope para legitimar esa revolución de su técnico. Encontró en la velocidad de Jefferson Montero y en la referencia de Jorge Molina las dos puntadas necesarias para meter al Athletic más atrás de la cuenta. La buena gestión de los compañeros la remachó Rubén Castro con un gol magnífico después de meterle una rosca a un balón dividido que le llegó al costado izquierdo del área. Acomodó el cuerpo a la amplitud de la parábola y coló la pelota por el hueco que no cubría la estirada de Iraizoz.
Costó casi 20 minutos que los vascos se acomodaran al encuentro. Hace algunos años el balón aéreo era un fundamento en este equipo, ahora es una vía alternativa que da mucho resultado. Javi Martínez es un especialista en este tipo de arte, que precisamente no es lo que mejor se da en el Betis. Entre unos y otros se las gastaron para atacar bien y defender fatal un saque de esquina y que el internacional marcara el gol del empate.
El Betis mantuvo la intensidad en el segundo tiempo y con la expulsión del mismo Javi Martínez ya tuvo la excusa perfecta para irse a por el partido sin tiempo que perder. Tuvo ocasiones de sobra por esa tendencia tan frecuente en el equipo rojiblanco de defender demasiado próximo a su portería. Nelson, titular un año después, marcó un golazo en otro final mágico en el Villamarín. Y no es el primero.
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