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Un nuevo deporte catalán

Inmigrantes asiáticos inauguran en Barcelona un campeonato de cricket con apoyos institucionales

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Después del fútbol, el cricket es el deporte con más seguidores del mundo", asegura con entusiasmo Mohib Hussani. Para despejar cualquier duda, hace las cuentas: 1.200 millones en la India, 160 en Pakistán, 150 en Bangladesh, 20 en Sri Lanka... Catalunya se suma ahora a la práctica de esta disciplina de origen inglés con la inauguración el pasado sábado del Primer Trofeo Catalán de Cricket, en el Estadio de Béisbol de Montjuïc, en Barcelona.

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Para estos deportistas, la gesta es algo más que derrotar al adversario. "Cada partido le cuesta al equipo unos 300 euros, pero si alguien no tiene trabajo, entonces no paga", explica Hussani. Después de diez años en España y con sus tres locutorios como patrimonio empresarial, este paquistaní de 35 años se puede permitir el lujo de presidir el Falco Cricket Club de Tarragona.

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En el cubículo de los suplentes, el presi no dejaba de agitarse. El batazo del punto final reventó en ecos por todo el estadio. Se han llevado a casa el primer triunfo de la competición.

Si se aplicaran las reglas a raja tabla, los desplazamientos serían aún más costosos. Los maratonianos juegos pueden durar hasta cinco días. Pero aquí se ha adoptado una versión reducida de unas tres horas. Esto se consigue al disminuir los puntos como meta final. Así las entradas o turnos de lanzamiento son más ágiles. El resto es igual: 11 contra 11, tras una pelota.

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Un batazo del equipo de Hussani despachó la pelota fuera del campo. Gritos de euforia y despecho se escucharon en media docena de lenguas distintas. Farsi, hurdú, hindi, punjabi, bengalí..., pero el idioma no es un problema.

El cricket es de origen británico y se practica en las antiguas colonias. Los seguidores en Catalunya proceden principalmente de India, Pakistán donde el inglés también es oficial, Bangladesh y Sri Lanka, donde la de Shakespeare es una segunda lengua.

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En total, unas hay 53.428 personas con la situación regularizada de esos países en Catalunya. Si se les suman los ingleses (21.810), los fanáticos representan a una ciudad como Manresa.

"El problema es el lugar para entrenarnos y jugar. No tenemos un campo con las dimensiones adecuadas, que debería ser de unos 150 metros de diámetro", explica el hindú Robert Masih, promotor del Trofeo y presidente del Barcelona Cricket Club. "Con ello habría por lo menos unos 50 equipos", dice.

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Los entrenamientos se realizan en un campo de fútbol del Instituto Nacional de Educación Física. La disponibilidad es de cuatro horas los domingos. "Insuficiente, porque la mitad de nosotros trabaja el fin de semana", asegura Niramjam Dass, un ex jugador de la Universidad Dav en Punjab (India). Allá, el ambiente es distinto a la soledad en las gradas del Estadio de Béisbol de la capital catalana. La jornada deportiva fácilmente puede convertirse en una fiesta con música, comida y cantantes sobre el escenario.

Masih asegura que hubo muchas reuniones con las autoridades antes de que el Consell Català de lEsport decidiera apoyarlos. El acercamiento comenzó hace un año. "A través del deporte podemos ser un país acogedor para cualquier colectivo", dijo su director, Carles Macian, antes de comenzar el torneo.

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El apoyo de la Generalitat se materializó con camisetas para los 20 jugadores de cada uno de los doce equipos de la liga. También una dotación de equipaciones para dos miembros de cada conjunto, pelotas y bates. Esto puede costar 200 euros o más, en función de la calidad.

"Los catalanes que nos han visto están muy interesados, pero para difundir nuestro deporte necesitamos espacio propio", advierte Masih con acierto. Si no hubo niños ni mujeres animando el juego, es porque no los hay.

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"En India, estaría lleno hasta el tope, pero aquí muchos viven solos o tienen sus familias lejos", añade el paquistaní que preside el Falco Cricket Club de Tarragona.

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