Este artículo se publicó hace 14 años.
Nuria prefiere callar
La principal atleta del grupo de Manuel Pascua sortea en una mesa redonda las preguntas sobre su relación con el técnico
Que se sepa, Nuria Fernández, campeona de Europa de 1.500 metros, no está implicada en la operación Galgo. Pero su relación con uno de los imputados, Manuel Pascua Piquera es su entrenador, la ha puesto en una situación incómoda y comprometida. De hecho, ha tenido que declarar en calidad de testigo ante la Guardia Civil. Y ayer, seis días después de desatarse el caso, tenía la oportunidad de pronunciarse en público. Pero no lo hizo. Ni siquiera para defenderse. Más bien huyó.
Compareció en una mesa redonda con los también medallistas europeos Chema Martínez, Arturo Casado y Jesús España, y se encontró arropada, casi sobreprotegida. El viceconsejero de Deportes de la Comunidad de Madrid, Javier Hernández, que ejercía como moderador, advirtió que no aceptaría que las preguntas se saliesen de la conferencia, titulada "Preparando el éxito".
El moderador intentó que no se preguntase sobre la 'operación Galgo'
En su exposición, Nuria destacó la importancia del entrenamiento, así como el cambio que supuso el nacimiento de su hija en el devenir de su carrera. Antonio Postigo, su primer entrenador con el que estuvo desde los 17 años, apareció en sus palabras dos veces; Manuel Pascua, su técnico actual, no fue nombrado. También destacó la importancia de los compañeros y del médico federativo.
Sus palabras derrochaban la espontaneidad y el estilo que embelesó después de los Mundiales de Berlín, pero su gesto cambió en el turno de preguntas. El moderador no leyó ninguna de las preguntas que había solicitado previamente por escrito a los presentes. Lo cambió por una rueda de preguntas de profesores y alumnos del INEF. Un periodista alcanzó a hacer una pregunta, pero Chema Martínez acudió en socorro del moderador y esquivó la cuestión con un desafío (sólo contestaría, si era capaz de repetir lo que se había dicho en la conferencia). Otro periodista recogió el guante, ganó el pulso, y los ponentes ya no pudieron escaparse.
Respondió primero el propio Martínez, tajante contra el dopaje, pero descartándolo como un mal generalizado, un discurso abrazado también por España y Casado. La última fue Nuria: "Yo estoy de acuerdo con mis compañeros, es un caso que está abierto y es secreto de sumario. Lo único es que veo que hay informaciones que no son ciertas y hacen mucho daño. Yo estaba entrenándome en el INEF y tuve un mensaje de mi madre: ¡Ay dios mío!, Nuria, que estás detenida y Sara Carbonero ha dicho que te has dopado'. Son cosas que no sabéis el daño que hacen, mi madre estaba descompuesta, es una cosa horrible. Estoy de acuerdo con mis compañeros, espero que las informaciones las contrasten porque hacen mucho daño y sólo quería decir eso, que contrasten porque destrozan. Momentáneamente te deja hecho polvo, no tienes ganas de nada, te quedas un cuerpo de jota que dices ¡madre mía!', pero bueno, hay que estar ahí, vamos a luchar y a ver qué pasa".
Nada más. No habló sobre Pascua y cuál es su relación con él, no puso la mano en el fuego por ella misma, no explicó por qué no ha firmado la carta de repulsa al dopaje que han rubricado más de cien atletas, no comentó nada relacionado con la investigación. No fueron posibles más preguntas. A la salida, casi a la carrera, fue abordada de nuevo, pero sin éxito: "Ya he dicho todo lo que tenía que decir".
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