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Un partido volcánico

El Valencia pone a prueba la continuidad de Quique

 

L. J. MOÑINO

'Una dificultad es una buena oportunidad para remontar. ¿Creer para ver o ver para creer? ¿Qué quieres hacer?'. De la pared de uno de los vestuarios del Cerro del Espino colgaban ayer estas palabras bajo el epígrafe: 'Reflexión de la semana'. Probablemente el pueril mensaje iba destinado a los jugadores del filial, pero sus receptores podrían ser perfectamente los integrantes del primer equipo.

El Atlético humea como un volcán. Le acecha el estado de ignición. Hoy se presenta en el Calderón el Valencia y el caldo de cultivo es el idóneo para un estallido de disconformidad en la grada. La bicefalia del club ha asomado, el entrenador está cuestionado y el vestuario se siente desorientado y poco seguro de su entrenador. Los gestos que han emanado del club esta semana son los propios de una entidad abocada a representar unidad porque se barrunta un terremoto. El jueves, tras la comida de confraternización entre directiva, jugadores y técnico, el propio presidente del club no garantizó la continuidad de este último si hoy pierde.

«La sensación de que hemos tocado fondo la tenemos», dice Quique

El discurso que elaboró y el tono que empleó Quique ayer también respondió al del técnico, que intuye que su puesto no aguanta una derrota más: 'Venimos buscando el punto de inflexión hace tiempo, pero es cierto que en la medida que uno no encuentra ese punto de inflexión se va dando cuenta de que va tocando fondo y esa sensación la tenemos'. Las palabras de Quique denotaban cierto derrotismo y la sensación de haber probado todo sin obtener el resultado esperado: 'Hemos buscado la reacción en otros partidos, pero por diferentes situaciones no ha podido ser y es cierto que trabajo igual que siempre, pero que no estoy obteniendo rendimiento de los jugadores'. Aunque no los hizo públicos, Quique dijo saber los motivos que han llevado al equipo a tocar fondo: 'Sé qué nos ha hecho mucho daño y qué hemos aprovechado bien y qué no'.

Quique piensa que tiene un vestuario muy frágil y quebradizo ante la adversidad. Un grupo muy inestable anímicamente al que le faltan ganadores. A su vez, los jugadores airean que no entienden a su entrenador. Ayer, Antonio López rebatió con su técnico algunos de los movimientos a realizar en las basculaciones. Efectivamente, dio la impresión de no haber mucho entendimiento. El mismo Quique paró un par de veces el entrenamiento para que los jugadores se agolparan a su alrededor y escucharan sus instrucciones. Durante las últimas semanas algunas de las sesiones preparatorias del técnico han sido muy didácticas, quizás consciente de las quejas del vestuario.

Para colmo, Forlán vuelve al Calderón tras ser abucheado ante el Athletic. El técnico no le considera material inflamable, pero si el resultado no acompaña, el uruguayo será el primero en el punto de mira de la hinchada que hoy no podrá ver ni en el banquillo a Elías, el flamante fichaje de invierno que Quique no pidió.

El técnico cree que le faltan ganadores y el vestuario airea que no le entiende

 

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