Este artículo se publicó hace 14 años.
Pasillo y sonrojo culé en el Bernabéu
El Barcelona hizo el pasillo al campeón de Liga y encajó una goleada (4-1) dando una imagen pésima
El Real Madird-Barcelona del año 2008 se recordará siempre como 'el clásico del pasillo'. El Real Madrid acababa de proclamarse campeón una semana antes del partido contra los culés en el campo de Osasuna, tras remontar el gol inicial de los navarros, con el protagonismo indiscutible de Higuaín, que materializó el segundo gol merengue en el último segundo del partido.
La explosión de alegría de los madridistas tenía un doble sentido. Se ganaba un título y, sobre todo, se obligaba al Barcelona a mantener la tradición. Esa que marca que el ganador de Liga es honrado con un pasillo por todos sus rivales hasta el final del campeonato. Los jugadores madridistas, entonces entrenados por Bernd Schuster, saltaron al Bernabéu sin hacer sangre y fueron saludando uno a uno a los del Barcelona, que formaban a ambos lados. A la cabeza, Frank Rijkaard, quien viviría su último clásico como entrenador del Barça, tras perder las dos últimas Ligas. Por la televisión lo vio Eto'o, que se borró forzando una tarjeta amarilla para no sufrirlo en persona.
Sin embargo, el sonrojo para los barcelonistas no terminó ahí. El Real Madrid salió al Bernabéu con ganas de golear y así lo hizo. Cuatro goles del Madrid por tan sólo uno del Barça. Los tantos de Raúl, Robben, Higuaín y Van Nistelrooy pusieron al Barcelona en su nivel, lejos de aquel gran Barça que deslumbró con Ronaldinho, Deco y Eto'o. Lejos del actual Barcelona de Guardiola. Fue, de hecho, el punto de inflexión para el conjunto catalán, que después haría historia marcándoles seis goles a los madridistas. Pero eso ya es otra historia.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.