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"Sus patronos no les liberan para jugar al fútbol"

El seleccionador de Tahití se queja de que las empresas no dan facilidades a sus jugadores para concentrarse en la selección y defender al país

ALFREDO VARONA

Tahití es una maravillosa isla de la Polinesia francesa, poseída por los archipiélagos, en la que no se emiten programas como Punto Pelota por televisión, los futbolistas no tienen guardaespaldas y en la que difícilmente un hombre como Mourinho se quejaría de estrés. Para empezar, en vez del Real Madrid, entrenaría al Central Sport, el único equipo del país que ha ganado 20 ligas. Y como domina el francés no tendría problemas para comunicarse con ninguno de los 178.000 habitantes de la isla. Pero aun así no está claro que algún día Mourinho dé ese paso para dirigir a futbolistas amateurs, muchos de ellos en paro y con los problemas naturales para llegar a fin de mes. Porque en la isla el turismo tampoco da para toda la población.

Tahití, efectivamente, es uno de esos destinos a los que no iremos nunca a no ser que se trate de una perfecta luna de miel, un poderoso viaje de fin de carrera o un exilio voluntario para multimillonarios. Tahití es otro mundo en el que el estrés pierde motivos y en el que los pequeños héroes personajes de la selección de fútbol, lejos de huir de la prensa, están encantados con contar sus historias.

En realidad, como dice el seleccionador Eddy Etaeta, están viviendo estos días 'un cuento de hadas en el que no conviene perder la cabeza porque todo esto se va a terminar enseguida'. Y eso que este grupo de futbolistas es el campeón de Oceanía. Pero eso no significa siquiera que tenga nivel para jugar en la Tercera división española, donde, en el mejor de los casos, tendrían la categoría de mileuristas. Algo que en Tahití no sólo sería un honor; también un sueldo magnífico.

Porque Tahití es otra cosa. Allí, la profesión de futbolista no está venerada, en absoluto. De hecho, Eddy Otaeta se queja de que 'los jugadores, que trabajan en la administración o en empresas, tienen problemas para que sus patronos les liberen para concentrarse con la selección'. Es más, un tercio de ellos ni siquiera tienen esa suerte porque, por lo visto, están en paro. Es decir, todo lo contrario que los multimillonarios futbolistas españoles con los que se enfrentarán esta noche en un estadio como Maracaná.

Por eso el seleccionador Eddy Otaeta, un tipo sensato de 43 años, ya se ha formulado en voz alta esta pregunta: '¿Es necesario para el campeón mundial destruirnos con veinte goles y poner en ridículo al fútbol amateur? ¿Sería respetuoso? ¿Sería eso lindo?' Pero es a lo que se enfrenta una isla de 178.000 habitantes en la que, a la fuerza, cuesta reclutar a gente para la selección. De hecho, hay primos, hay hermanos y Tehau, el mismo apellido, se repite hasta cuatro veces. Así que Manu Carreño, el cronista español que narrará el partido por Tele 5, tendrá que afinar: no basta con conocer los apellidos. También son necesarios los nombres.

Hasta ahora, el máximo recuerdo futbolístico de Tahití retrocede a aquel verano de 1986 en el que Maradona acudió a la isla de vacaciones tras ganar el Mundial de México. Aquella fotografía no tenía precio en la isla, pero, claro, hasta ahora su selección nunca había jugado una Copa Confederaciones. Un derecho que se ganó como campeón de Oceanía, donde falta talento pero sobra voluntad. Por eso todo lo que gira alrededor de la selección de Tahití es muy romántico, con lo que nada es criticable.

Sus futbolistas jamás en la vida soñaron con jugar en un estadio como Maracaná. Son gente normal que acepta sus limitaciones y, sobre todo, en estos días sueñan en voz alta con cosas tan importantes como marcar el gol del honor que para otros países prácticamente sería una deshonra. Pero para Tahití es un acontecimiento y por eso han aparecido mensajes en Twitter, procedentes de la isla, en los que se valora a Tehau, el goleador ante Nigeria, con enorme generosidad. 'Tehau es mejor que Messi'.

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