Este artículo se publicó hace 14 años.
Profesión de riesgo en Brasil
Julio César, portero del Inter y de la selección brasileña, sabe lo que es la presión de ser guardameta con la canarinha
"En Brasil, la pena que la ley establece por matar a alguien es de 30 años. Están por cumplirse 50 de aquella final y yo sigo pagando por un delito que no cometí". Moacyr Barbosa, triste protagonista del Maracanazo (la derrota de la selección brasileña ante Uruguay (2-1) en la final del Mundial de 1950, disputada en el mítico estadio de Río de Janeiro) murió en 2000 como un apestado porque en la final no acertó a atajar un chut al primer palo de Ghiggia; el gol de la victoria para la celeste.
Desde entonces, en el combinado de los jugadores de dibujos animados, la de guardameta resulta una profesión de riesgo. Hoy, es Julio César, de 30 años y portero del Inter, quien defiende la portería de la canarinha, un puesto que exige calidad y carácter. "Es el mejor del mundo; más completo que yo", cuenta cada vez que se le pregunta Taffarel, héroe del Brasil que alzó la Copa del Mundo en 1994.
"Es ágil y rápido a pesar de su envergadura", destaca Unzué
Formado en el Flamengo, Julio César aterrizó en Italia en 2005, fichado por el Inter que lo cedió al Chievo, donde apenas jugó. Al año siguiente, se incorporó a la disciplina del conjunto lombardo para discutirle el puesto a Toldo, una institución en el calcio. El brasileño, con unas aptitudes fabulosas (ágil y veloz a pesar de medir 1,87) se impuso en la pugna y a día de hoy suma ya cuatro Ligas y una Copa con el equipo nerazurro. Con su selección, se ganó el reconocimiento y el respeto de la hinchada, compañeros y rivales tras una destacada actuación en la Copa América de 2004.
En la final ante Argentina, mantuvo a Brasil en el partido hasta los penaltis, donde demostró ser un especialista al detener uno a D'Alessandro que resultaría definitivo. "Es bueno en esa faceta; a pesar de ser grande, tiene una velocidad de reacción impresionante", destaca Unzué, preparador de porteros del Barça.
En Milán dicen que un accidente de tráfico ha afectado a su juego
Y añade el navarro: "Está entre los mejores del mundo; capaz de jugar con la presión que significa estar en un equipo grande donde se te exige ganar siempre. Luego, sobresale, sobre todo, bajo los palos; el Inter se repliega muy bien atrás y no necesita un portero que se anticipe".
El meta, a quien el Barça deberá de marcar como mínimo dos goles si quiere superar la eliminatoria, había destacado por su regularidad justo hasta este año, en el que ha cometido un par de errores impropios de su categoría. "Creo que le afectaron algunos problemas personales", comenta Unzué sobre un sonado accidente de tráfico que tuvo el meta en febrero con su Lamborghini. Dicen en Milán que desde entonces no ha vuelto a ser el mismo.
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