Este artículo se publicó hace 15 años.
Raúl nunca tiene frío
El capitán madridista no falla y deja un gol para la historia. El Madrid no mejora en el juego, pero sigue intratable en resultados. Robben cerró el encuentro con otro tanto de bella factura
Este Madrid no tiene pausa, pero tiene a Raúl. Le falta altura y calidad para masticar los partidos, pero para ganarlos cuenta con su capitán, que ayer inscribió su nombre junto al de Di Stéfano con su gol 307 vestido de blanco. La grandeza de su carrera se puede medir a través del vértigo que produce todo lo que ha logrado.
Nada tiene que ver el Raúl de ahora con aquel chispeante y ratonil chico que debutó hace 14 años. Será difícil verle marcar tras un regate o un desmarque en velocidad. Alguno aún le queda, pero su guerra futbolística ahora es otra. A medida que sus facultades físicas han disminuido, él se ha volcado en la explotación de su inteligencia. Si para sus críticos su fútbol nunca tuvo verdad suficiente para hablar de un superclase, ahora tiene menos. Sin embargo, sobrevive a fuerza de goles.
El Numancia plantó cara, pero se encontró con CasillasAhora más que nunca, cuando le siguen achuchando con la retirada, su única verdad es su capacidad para encontrar la portería contraria. Siempre fue un futbolista práctico, con más o menos destellos de calidad, pero ahora ha desarrollado ese utilitarismo hasta convertirlo en pura concreción; pocos balones tocados, para muchos goles. Cada tanto que logra es una justificación a su continuidad en la brecha.
A diferencia de Italia o Inglaterra, el fútbol español no respeta a sus símbolos. Los ingleses agradecen a los suyos con reverencias que si el cuerpo les da para aguantar 20 minutos, todavía los sacrifiquen en intentar ayudar al equipo. En Italia, el país del fútbol pragmático, consienten todavía a Del Piero, que como Raúl, cambió de piel para transformarse en otro futbolista con menos peso y aura, pero con igual contundencia en todo lo que hace.
Gago fue expulsado a diez minutos del final por doble amarillaAyer, Raúl había tenido más presencia en los medios que en el partido. Sin embargo, fue el que lo empezó a ganar. Con un gol de los suyos: estaba donde tenía que estar y fue más rápido que un central una vez más. Su puntera llegó antes otra vez, porque también pensó más rapido. Raúl se define como futbolista en esas milésimas de segundo en las que los defensas se duermen y él juega a ser su pesadilla.
Aunque su equipo no juegue ni a las tabas, le queda Raúl para auparle, o para intentar que no se derrumbe. El Madrid se ha revestido con el perfil de los equipos pequeños, una única manera de jugar y a rascar lo que se pueda.
Única velocidadSus futbolistas se han atornillado en el cerebro jugar a toda mecha y no hay quién los mueva de ahí. Ni a ellos, ni a su entrenador, que ha apostado todo a una única propuesta. Bien porque no tiene más, bien porque el miedo abraza a los entrenadores con fe ciega a su propio libreto.
La realidad es triste para el Madrid, la falta de fútbol le obliga a bajarse al fango de la táctica, del choque, del cuerpo a cuerpo y del sudor. Porque le falta fútbol para marcar diferencias desde la pelota. La conclusión es desoladora. Con su estratosférico presupuesto se ve obligado a jugarse los partidos en el terreno de los sin nombre. Así que igual le hacen daño con la estrategia y los balones a la olla, un cabezazo de Del Pino acabó en el palo, como Heinze puede marcar.
Los jugadores de Juande se escudan en el esfuerzo, ahora que se saben presionados por la demanda de un fútbol más atractivo. A falta de Guti y de todo lo que supone entregarse a él, la carrera y los rostros desencajados son la máscara de la decencia. Sin fútbol, el orden, lo que queda de Raúl y todo lo que tiene Robben son los argumentos. El holandés cerró el partido con un culebreo de los suyos a pierna cambiada y un zurdazo raso y dañino. No hay más y no parece que pueda haberlo con Juande al frente.
El Madrid juega a toda mecha y jugará así si Guti no entra en acción. Esa es la apuesta. Le da igual el rival, si juega en casa o fuera. Está dispuesto a estrellarse con la sexta velocidad y la cara de esfuerzo. Esperando que un volantazo inteligente de Raúl o los regates de Robben lo eviten.
Ficha técnicaNumancia: Juan Pablo; Juanra, Boris, Ortega, Cisma; Del Pino (Quero, m. 62), Nagore, Dimas (Mario, m.79); Barkero; Brit (Aranda, m. 49) y Goiria.
Real Madrid: Casillas; Ramos, Pepe, Cannavaro, Heinze; Robben (Van der Vaart, m. 64), Gago, Lass, Sneijder; Higuaín (Huntelaar, m. 76) y Raúl (Javi García, m. 83)
Goles: 0-1. M.48. Raúl aprovecha un rechace de Juan Pablo a tiro cruzado de Higuaín. 0-2. M. 55. Robben culmina un eslalon en la frontal del área con un zurdazo ajustado al palo izquierdo de Juanra.
Árbitro: D. Ferreiro. Expulsó a Gago (m.79), por doble amarilla. Amonestó a Ramos, Nagore, Goiría y Lass.
Los Pajaritos: 10.000 espectadores.
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