Este artículo se publicó hace 13 años.
Raúl es un tipo feliz
Un golazo y una asistencia del ‘7’ rematan al último campeón
José Miguélez
Raúl, Raúl y Raúl. Y 72 veces Raúl. Otro gol en Europa, otro episodio mayúsculo con los focos encima, otro campeón que se retuerce en el suelo tras una de sus demoledoras maniobras, otro equipo que crece y hace historia aupado sobre su espalda. Raúl, Raúl y Raúl, el ganador incombustible, el profesional indesmayable, el futbolista que nunca se acaba.
El Schalke sigue frotándose los ojos y las manos con esa incorporación impensable, esa oportunidad única que se le planteó en el verano. Gracias a ese guiño del destino, a la llegada del viejo 7 del Madrid, de España y de Europa, unos cuantos meses después, el Schalke pisa las semifinales de la Liga de Campeones por primera vez en su historia. Y no se cansa de soñar.
El Manchester aguarda intranquilo ahora para averiguar hasta dónde es capaz de llevar Raúl su siguiente proeza. El Inter dobló su rodilla sin rechistar. No podrá repetir título. Todo el Schalke le sacó los colores y las vergüenzas en Milán en la ida, y Raúl se encargó de apuntillarlo sobre el suelo alemán. Lo hizo sobre todo a través de una maravilla personal, un gol de su firma, un engaño sublime.
Raúl celebró su 72 gol en Europa con el entusiasmo de un juvenil
Le ayudó Jurado, que ha crecido también en su aventura alemana, que ha tomado el mando del Schalke, de su juego, que se ha soltado con la llegada de Rangnick y su fútbol alegre. Campeón de la Liga Europa el curso pasado con el Atlético, el centrocampista gaditano se siente a gusto en el ambiente competitivo continental: al borde del descanso, agarró una pelota en el último tercio del campo y aguantó sin soltarlo hasta descolocar con su paciencia a la siempre sobrevalorada defensa italiana. Y descubrió un pasillo por donde conectar con Raúl, siempre atento a la jugada.
El 7 encaró a Julio César, le invitó a creerse que iba a rematarle por su derecha con la izquierda, pero rebañó el balón (cercano al aguanís) y se fue por el otro lado para marcar a puerta vacía con la pierna mala. Y como si aún le quedara hambre pese a su rebosante currículum, como si 72 goles en Europa no fueran ya suficientes para recibirlos con normalidad, Raúl lo celebró con el entusiasmo de un juvenil: corrió como un poseso hacia el rincón, agitando piernas y brazos, se deslizó sobre el césped de rodillas y aún le dio tiempo a apretar el puño antes de resistir la avalancha de sus compañeros. Raúl es un tipo feliz.
Tras el 1-0, a la cita ya no le quedaba mucha historia. Ni siquiera tras el gol tempranero de Motta nada más abrirse la segunda parte que maquilló con algo de orgullo la derrota del Inter. Todo estaba decidido. Pero no acabado. A Raúl le quedaba todavía un detalle: ganar el partido. Así que aguantó el balón en el campo del Inter, esperó a que Howedes adivinara sus intenciones y le despejó el camino de defensas con un globito delicado. Gol y asistencia. Raúl. Definitivamente inmortal.
Ficha del partidoSchalke: Neuer; Uchida, Metzelder, Howedes, Sarpei; Baumjohann (Draxler, m. 72), Matip, Papadopoulos, Jurado (Schmitz, m. 86); Edu (Charisteas, m. 77) y Raúl.
Inter: Julio César; Maicon, Lucio, Ranocchia, Nagatomo; Zanetti, Motta, Snejder, Stankovic (Pandev, m. 46); Etoo y Diego Milito.
Goles: 1-0. M. 45. Jurado profundiza un pase exquisito a Raúl, que se planta solo ante Julio César, amaga el tiro, recorta con la izquierda y, con el meta en el suelo, marca a placer con la derecha. 1-1. M. 49. Motta, a la salida de un córner. 2-1. M. 81. Howedes, de potente derechazo, tras un delicado pase picado de Raúl por encima de la defensa.
Árbitro: Skomina (Eslovenia). Amarilla a Lucio, Papadopoulos, Motta, Raúl,
Schmitz y Ranocchia.
Veltins Arena: 53.000 espectadores.
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