Este artículo se publicó hace 12 años.
Raúl ya no se resiste a ser un mito
Gol 400, 18 años después del primero
Tiene 34 años Raúl, que ayer logró con el Schalke 04 el gol 400 de su vida. Al fondo queda una vida inmensa que reparte esos goles con sentido común: 323 con el Madrid, 44 con la selección y 33 en estos dos años que lleva en Gelsenkirchen, donde ya no se interpreta la vida sin él. Al oeste de Alemania, en la cuenca del Ruhr, Raúl es un ciudadano feliz, que fue a Ikea a comprar gran parte de los muebles de su nueva casa en el elegantísimo barrio de Oberkassel, en el que siempre se escucha el caudal del río Rin.
El resto de su vida se complace en el Veltins Arena, donde el futbolista muestra el interés de toda la vida. Ayer fue una prueba más. Ante el Wolfsburgo, en una jugada de área, en una de esas acciones que se deciden en décimas de segundo, Raúl no perdió el tiempo. Fue su gol 400, casi 18 años después de lograr el primero que hizo en la élite. Aquello sucedió el cinco de noviembre de 1994, con cuerpo de adolescente todavía y un instinto que demostró en su oratoria frente a los periodistas. "Disfruto jugando al fútbol, pero cuando más disfruto es en situaciones límites".
Suma 323 goles con el Madrid, 44 con la selección y 33 con el Schalke 04
Tenía 17 años y entonces Valdano, su entrenador, estableció un retrato del jugador que todavía vale para hoy. "Raúl es un futbolista austero, que no se adorna". Y fue lo que volvió a pasar ayer a los diez minutos en Gelsenkirchen. Fue un balón que peinó Matip y que mostró varios aspirantes. Y, entre todos ellos, apareció Raúl, que fue como ese adolescente del 94 que Valdano definió sin caprichos. "Es un futbolista que siempre busca la vía más directa, el camino más corto para beneficiar a su equipo y acuchillar al contrario".
Desde entonces, Raúl ha cambiado. Los años han pasado y claro que se han notado en su vida, que emigró para encontrar la motivación dañada. "Necesitaba un cambio para seguir sintiéndome futbolista". Y no se equivocó al escoger una ciudad como Gelsenkirchen, donde descubrió aficiones que desconocía como el hockey sobre hielo y, sobre todo, tiene una paz en la calle que en Madrid no era posible. Ha aprendido el idioma con la ayuda de Klaus, su profesor particular, que lo define como "un gran alumno, todo un profesional". Y en el césped del Veltins Arena corresponde con esfuerzo. Raúl falla menos ocasiones de las que marca. También lidera, junto a Hunteleaar, una delantera de gol fácil. Y el Schakle 04 es algo más que un equipo industrial. Y todo eso pesa en la felicidad de un hombre que se resiste a ser un mito. A pesar de los números.
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