Este artículo se publicó hace 13 años.
La rebelión de los ex
El Bilbao confía en Mumbrú y Hervelle para prolongar la sorpresa
Cuando llegó al Madrid, Messina no consideró a Hervelle válido para su proyecto. Tampoco creyó prioritario que se pujara fuerte por la continuidad de Mumbrú, que finalizaba contrato. El alero catalán fichó por el Bilbao Basket y, con la competición ya iniciada, acabó de convencer a Hervelle para que su destino fuera el mismo cuando el Madrid decidió cederlo. Un par de años después, unidos por una amistad aún más estrecha que cuando se conocieron en Madrid, ambos abanderan la esperanza de que la única sorpresa de las semifinales siga rebelándose, en esta ocasión ante el conjunto blanco.
Aunque después de más de cinco años en el Madrid, Her-velle acabó fichando por el Bilbao a finales de la pasada campaña por méritos propios, en la presente le ha costado mucho encontrar buenas sensaciones por una lesión y unos dolores en la rodilla que le han hecho la vida imposible. Expresivo en la cancha, pero tímido e introvertido fuera de ella, el belga ha sacado fuerzas para no hundirse, en parte, gracias a que Mumbrú le arropó desde el inicio de la temporada. "Agradezco mucho la paciencia que ha tenido el equipo conmigo y el apoyo continuo que me han prestado", explica Hervelle.
El pívot belga, clave en cuartos, ha superado sus problemas físicos
De hecho, ya lo viene haciendo en las últimas semanas. Llega a semifinales en el mejor momento de la temporada, dejando atrás su irregularidad y sus problemas físicos, con un promedio de 13 puntos, 5,6 rebotes y 17 de valoración en las cinco victorias que encadena su equipo, incluyendo la primera de ellas en liga regular . Especialmente decisivo fue en la remontada del segundo y decisiante el Baskonia y las dos sorprendentes de cuartos ante el Valenciavo encuentro: metió 12 puntos, capturó nueve rebotes, recuperó cinco balones y forzó cinco faltas. El Bilbao Arena acabó cantándole "¡MVP, MVP!".
"El Madrid tiene muchos jugadores grandes y tenemos que evitar que jueguen cómodos, superarles por velocidad como hicimos ante el Valencia", analiza Hervelle. "Que llegue bien es vital, sobre todo porque Sonseca llega lesionado, así que todos tendremos que ayudar mucho dentro de la zona", defiende Mumbrú. "La rodilla me ha dejado de doler y eso me ha ido dando confianza. Ahora estoy bien. Pero puedo estar mejor", amenaza el propio Hervelle. Y no harían mal tomando nota los del Madrid, puesto que el mejor partido del belga con la camiseta del Bilbao fue el primero que jugó ante los blancos, en febrero del año pasado: 16 puntos, 11 rebotes, ocho asistencias, tres tapones, 36 de valoración. Para echarse a temblar.
"Siempre te pone jugar contra un exequipo", advierte Mumbrú, que ha vivido esa sensación en su vertiente más dolorosa: cuando la afición del equipo que abandonas te odia. Abandonó el Joventut en 2002 para ir al Madrid y, tras otro periodo como verdinegro entre 2004 y 2006, volvió a vestir de blanco hasta que fichó por el Bilbao.
"No queremos que la temporada acabe aún", advierte el alero catalán
"Nuestra mejor baza es que el Madrid es favorito y nosotros tenemos mucha hambre de victoria y nada que perder", afirma ambicioso el catalán. "Ya no queda mucha gente de mi época en el Madrid, aunque sigo guardando una buena relación con ellos", expresa Mumbrú, en la misma línea que Hervelle: "No guardo rencor ni al Madrid ni a Messina. Tengo grandes amigos allí".
En un equipo con un protagonismo ofensivo muy repartido (Banic, Jackson y Mumbrú rondan los 11 puntos de promedio), Hervelle se ha sumado en el momento clave para colaborar en la rebelión del Bilbao, única sorpresa en semifinales. Pero, como advierte Mumbrú, la subversión está inacabada: "No queremos que la temporada acabe aún".
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