Este artículo se publicó hace 14 años.
Otro 5-0 para recordar
La sobreexcitación en el césped marcó un clásico desigual, dominado por una salida furiosa del Barcelona. Arrinconado por un ímpetu al que no tuvo respuestas, el Madrid claudicó en el Camp Nou en una lección de fútbol que tardará en olvidar. Sorprendido por el fútbol dinámico e insaciable del
Barça, el partido sólo tuvo color azulgrana, en un varapalo que forzó las salidas de tono del Madrid. El calentón, más por impotencia y falta de reacción, derivó el partido hacia lo extrafutbolístico y terminó en bronca, pero esta vez Mourinho no tuvo nada que ver.
Todos los grandes partidos tienen sus imágenes, y una de las que quedará, al margen de los goles de Villa, Pedro y Xavi, es el empujón de Cristiano a Guardiola -que retuvo el balón en un saque de banda- y un claro codazo de Carvalho a Messi, que Iturralde castigó con tarjeta para el delantero del Barça. No lo tuvo fácil ayer el árbitro, pero cuando el juego se trabó incurrió en muchos errores, uno de ellos no ver un penalti de Víctor Valdés a Cristiano Ronaldo.
Otra de las fotos que dejó la visita del Madrid fue el abrazo entre Sandro Rosell y Florentino Pérez en un almuerzo de concordia, que buscó la inducción a la deportividad, pero quizás sobrepasó la cortesía. Analizándolo, es bueno que hubiera una comida entre las dos directivas, para suavizar la tensión del partido, pero no dos, ya que el presidente blanco también fue invitado a cenar el día anterior. La cordialidad no debe confundirse con la sobreactuación entre dos clubes enemigos, que desean humillarse cuando compiten. Igual que en el campo, con la goleada, también en el palco hubo esta vez excesos.
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