Este artículo se publicó hace 17 años.
El recuerdo del 'qué mierda somos'
Deco irrumpió en el vestuario. Ciego de rabia, golpeó todo cuanto encontró a su alrededor: bolsas de material, balones. Y gritó: "¡Qué mierda de equipo somos!".
Deco irrumpió en el vestuario. Ciego de rabia, golpeó todo cuanto encontró a su alrededor: bolsas de material, balones. Y gritó: "¡Qué mierda de equipo somos!". A su lado, Puyol e Iniesta no podían reprimir las lágrimas. 13 de mayo de 2007, domingo. El Barcelona acababa de perder el liderato tras conceder un gol al Betis en el minuto 89 de partido. Los azulgrana empezaban a perder la Liga. Muchos comprendieron entonces que el título se marchaba hacia Madrid.
El verdugo de aquella tarde, un Betis que entrenaba Luis Fernández y que se fajaba en la parte baja de la tabla con la desesperación de estar al borde de la zona de descenso. Tras fallar innumerables ocasiones de gol, la jugada decisiva del partido para el Barça llegó a poco del final: Etoo persiguió a Ilic por la banda y le trabó en la medular. En ese momento, dio la espalda al balón, igual que hicieron Deco, Xavi, Edmilson y Gio en un regalo digno de un conjunto de alevines.
Ante semejante regalo, Assunçao pudo servir la falta a placer para Sobis, que esperaba totalmente solo en el pico del área para fusilar a un desesperado Valdés.
La jugada fue la metáfora perfecta de un equipo que, de tanto saberse superior, acabó tirando por la borda su renta y entregando el título al implacable Madrid de Capello. En verano, Joan Laporta se encargó de anunciar un nuevo código disciplinario y Txiki de traer a cuatro jugadores hambrientos para reactivar la ambición del vestuario. Pero ni con
Abidal, Milito, Touré y Henry se libra el Barça de esta temporada de las comparaciones con su predecesor.
Sus malos registros como visitante -acumula dos victorias, cuatro empates y una derrota- y la evidente crisis de juego de hombres como Ronaldinho o Henry han hecho que el pesimismo vuelva a la grada. En semejantes circunstancias, nada como la visita del Betis para reavivar el trauma de la afición barcelonista. El conjunto entrenado por Cúper sigue sumido en una grave crisis social -Lopera sigue siendo increpado en el estadio que lleva su nombre -y deportiva- los verdiblancos rozan el descenso y han ganado un solo partido en diez jornadas-.
Frank Rijkaard, con tono crispado y pidiendo de nuevo "mentalidad, trabajo y lucha" a sus hombres, dejó fuera de la convocatoria a Milito y Ezquerro. Por contra, podrá volver a contar en su once titular con Abidal y Henry, que deberá enfrentarse de nuevo al juicio de su afición.
Lo hará ante un rival maldito, que se ha caracterizado por un juego espeso en lo que va de temporada y donde su técnico, Héctor Cúper, anunció ayer que se avecina "un partido espectacular". Habrá que verlo.
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