Este artículo se publicó hace 13 años.
El regreso del señor Raúl
Ocho meses después de su fuga forzada del Madrid, el goleador español. "Siempre que venía a Mestalla sabías que ese día tendrías trabajo extra", recuerda Marchena
Ocho meses después de su fuga forzada del Madrid, Mestalla será testigo del regreso de Raúl a España. Un escenario en el que empezó a tener constancia del relevo generacional que le amenazaba. Fue en Mestalla donde Villa empezó a auparse y a ser coreado como el nuevo siete de España. Allí regresa hoy Raúl con el Schalke para pelear el pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones. "Será recibido con cariño y temor", asegura su amigo Cañizares, que le padeció muchas veces bajo palos. "Contra el Valencia siempre jugaba buenos partidos. Si estuviera en su mejor momento aún estaría en el Madrid, pero eso no quiere decir que no sea un magnífico jugador para el Schalke", prosigue el excancerbero. "Siempre que venía sabías que ese día tenías trabajo extra por su inteligencia para buscar el gol", recuerda Marchena, al que le tocó sufrir muchas veces el juego del gato y el ratón que Raúl practicaba con sus marcadores.
La vieja Copa de Europa cautivó a Raúl desde que empezó a disputarla con apenas 18 años. A esa edad ya avisó de quién iba a ser en una eliminatoria con la Juve. Raúl le sostuvo la mirada a Vierchowood, el veterano central que no daba crédito ante tanta osadía de aquel juvenil. Ese cara a cara ante un cacique defensivo italiano fue el gesto del ahora máximo goleador (68) de la historia de la Liga de Campeones.
Raúl también pisará Mestalla como la mano derecha del exigente Magath, que maneja los mismos códigos de sacrificio que Raúl. "Nos entrena con balones medicinales", asegura Escudero, el lateral izquierdo fichado del Murcia. Magath ya ha declarado más de una vez que, para él, "Raúl es algo más que un futbolista". Cuando el técnico tiene que comunicar algo importante al vestuario, antes consulta con Raúl. Escudero da fe de ese liderazgo: "Cuando al principio las cosas iban muy mal, trasmitió su experiencia al grupo". Tras la humillante goleada en Kaiserslautern (5-0), Magath convocó a sus futbolistas a las ocho de la mañana.
"Cuando al principio las cosas iban muy mal, trasmitió su experiencia al grupo"
En plena ola de frío, con diez bajo cero, hizo entrenarse al equipo en camiseta. Raúl encabezó el grupo corriendo sobre la nieve sin rechistar. "Eso sólo se entiende desde el amor de Raúl a su profesión, igual que el hecho de irse a Alemania con el trastorno familiar y de vida que conlleva. Es el mismo amor que le ha llevado a ser una estrella sin tener una cualidad que destaque", asegura Cañizares. Aquel infernal castigo de Magath duró una semana e iba a ser ampliado con un recorte de las vacaciones por el parón invernal de la Bundesliga; de diez a sólo tres días. Una gran jugada de Raúl que culminó Farfán propició la victoria del Schalke ante el Mainz y Magath decidió mantener los diez de vacaciones. El vestuario, a través de Metzelder, le dio las gracias. Las mismas con las que el speaker del Schalke celebra en español cada gol suyo: "Gracias, señor Raúl".
Metzelder ejerce de portavoz de Raúl ante el vestuario. Su relación con el portero y capitán Neuer es de respeto, pero apenas hablan por la barrera idiomática. "En el vestuario no nos enteramos mucho de lo que se habla, pero en el campo es donde él ejerce el liderazgo. Corre como el que más y trata de imponerse con el balón en un fútbol muy físico. Baja mucho a recibir para aportar su visión", concluye Escudero.
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