El hombre que más rápido ha corrido un 800 en España anda estos días un poco cabizbajo. Mira ocho años atrás, a aquel fabuloso 1.43.83, y se pregunta cómo, siendo aún el plusmarquista español, sus piernas no le alcanzaron, hace un par de semanas en el campeonato de España, para sacar un billete hacia estos Europeos.

Tras varios años de lesiones e infortunios, Antonio Reina se volvía a sentir bien, a tener buenas sensaciones, como dicen los atletas. Pero, cuarto en la final, vio cómo las tres plazas del Europeo se las quedaban Luis Alberto Marco, Kevin López y David Bustos, mientras él recibía el consuelo de correr el relevo 4x400 .

Quizá sin ser consciente, el sevillano había sido víctima de su propia escuela. De esa fabulosa generación de ochocentistas que, en Sevilla, al calor del sol y admirando su figura, augura un futuro prometedor para la distancia. Ayer, dos de sus componentes, Marco y Kevin López, lograron meterse en la final de mañana de forma brillante.

Como su maestro, exhibiendo un cambio letal en la última recta, Kevin López. 'Es lo que más admiro de Reina, ese cambio final', dijo exultante el de Lora del Río, que se entrena junto a él desde los 11 años. 'Antes de salir, pensé que me iba a costar la vida, pero ver que en la recta final aún me quedaba gasolina para ese cambio es muy satisfactorio', añadió, mientras saludaba a Marco, su colega, su compañero de entrenamiento. Bustos, sexto, se quedó fuera. 'Ha sido una carrera hasta fácil', confesó Marco, segundo en su semifinal.

'Esto pinta muy bien', se felicitó pensando en un futuro más lejano, pero plenamente consciente de un dato: España sólo había logrado cuatro finalistas en el 800 en toda la historia de los Europeos (Alberto Esteban, 1966; Tomás de Teresa, 1994; José Cerezo, 1994, y Miguel Quesada, 2006).

La felicidad del 800 no la pudo compartir Mercedes Chilla, incapaz de repetir su bronce de Gotemburgo. La gaditana fue sexta (61.40) en la final de jabalina que ganó la alemana Linda Stahl con 66.81.