La naturaleza es sabia y el cuerpo se adapta a todo, dicen, pero Aíto García Reneses anda preocupado. Teme el seleccionador español que, esta vez, el reloj biológico de sus jugadores se descontrole, mareado por los bruscos cambios a los que se verá sometido en los próximos días, después de superar un jet-lag de seis de diferencia. España, que debutó a la hora de la comida (14.30), proseguirá su andadura, ante China, a la de la siesta (martes, 16.45), antes de pegarse el gran madrugón el próximo jueves: Nowitzki y sus huestes alemanas han citado a Gasol y compañía ¡a las nueve de la mañana!

'Es la primera vez en mi vida que juego un partido a esa hora', expone el seleccionador, con gesto perplejo. 'Veremos cómo responde el cuerpo. Si a los jugadores ya no les gusta jugar a mediodía o a primera hora de la tarde, a esa hora...', desliza Aíto. Ese horario demencial -las chicas también debutaron ante China a la misma hora- quebrará toda la rutina del grupo. Acostumbrados a activarse por la mañana con una suave sesión de tiro y entrenamiento y a comer seis horas antes de cada encuentro, los jugadores deberán modificar todos sus hábitos para llegar bien despiertos al choque ante Alemania. Se levantarán pasadas las cinco de la madrugada, harán un desayuno-comida a las seis de la mañana y prescindirán de la habitual sesión de tiro.

'Superamos bien la primera prueba', apunta Aíto, 'pero estos horarios me parecen preocupantes'. Tras el madrugón del jueves, España disputará su siguiente partido, el sábado, a las diez y cuarto de la noche. Se enfrenta a Estados Unidos y ésa parece la franja reservada a las estrellas: Kobe Bryant y compañía también jugaron contra China a esa misma hora. Cuestión de jerarquías, el Dream Team disputará todos sus encuentros por la tarde-noche (20.00 o 22.15). Y los anfitriones, liderados por Yao Ming, no jugarán ningún encuentro en horario matutino. Par completar la rueda, España concluirá la ronda preliminar, el lunes, ante Angola, a las 16.45.