Este artículo se publicó hace 16 años.
Rijkaard se muestra impasible ante su futuro incierto
El técnico holandés no quiere oir hablar de ultimátums, entiende "el cabreo" de la afición y pide "intensidad" a sus jugadores "durante los noventa minutos" ante el Schalke 04
El entrenador del FC Barcelona, Frank Rijkaard, ha optado hoy por eludir las dudas que han surgido sobre su futuro en el cargo en vísperas del partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, mañana en el campo del Schalke 04 alemán, y ha destacado la importancia de centrarse en el encuentro, en el que ha reclamado "ritmo e intensidad" a sus jugadores durante "los 90 minutos" para no caer como el pasado sábado en la visita al Betis (3-2).
Rijkaard se ha mostrado comprensivo con los aficionados del Barcelona que ayer se dedicaron a increpar a técnicos y jugadores durante el último entrenamiento del equipo antes de viajar hoy a Alemania, porque la derrota encajada en Sevilla "ha sido un golpe duro". "Todos sabemos que no hemos cumplido. Podemos entender la rabia y el cabreo de algunos socios, que están en su derecho, y eso debe ser una motivación añadida para nosotros", afirmó.
A su juicio, la manera de perder el partido ante el Betis fue "increíble", dijo, aludiendo a la remontada del equipo andaluz en el segundo tiempo, en el que marcó tres goles y levantó el 0-2 que el Barcelona había logrado en la primera parte, y todo ello hizo que los barcelonistas acabasen el encuentro "con un sabor amargo". Rijkaard pide ahora que sus jugadores mantengan la intensidad en el juego "durante los 90 minutos".
Tranquilidad ante los rumores
"Ritmo, intensidad, jugar en campo contrario, buscar la profundidad, juego colectivo y aguantar los 90 minutos", es lo que pidió el entrenador a su equipo en vísperas del partido. Además, apeló al "orden colectivo" para solucionar los problemas en defensa. En cuanto a los comentarios e informaciones que ponen en duda su continuidad en el Barcelona en caso de debacle del equipo ante el Schalke, quiso mostrar una imagen de tranquilidad.
Rijkaard asume como "normal" que hayan surgido estas cuestiones, pero cree que ello "no cambia nada". "Es un momento difícil y complicado, y lo tenemos que digerir, pero no hay que estar siempre triste", dijo después, para añadir que no le inquietan las informacones sobre su futuro. "Lo que sale en los periódicos no me afecta mucho. Ojalá todo el mundo esté contento con el equipo mañana, pero no tengo que actuar de manera diferente", expuso.
No quiere hablar ni de ultimátums ni de dimisiones
"Para mí es como todos los otros partidos. Es importante y tenemos que hacer un gran partido", afirmó con anterioridad. De la misma manera, evitó pronunciarse sobre el ultimátum que le habría dado la junta directiva del Barcelona, como han informado algunos medios en vísperas del partido, y por si se ha planteado presentar la dimisión, algo que también eludió durante la rueda de prensa ofrecida después de la derrota ante el Betis.
"Tras una derrota, no me parecía momento de hablar de esas cosas y, ahora que han pasado unos días, tampoco tengo muchas ganas de hablar de esas cosas. Estamos aquí para jugar un partido de 'Champions' y para eso nos preparamos; es mejor no entrar en esa dinámica", señaló. Asimismo, evitó extenderse sobre la ausencia de Ronaldinho, por quinto partido consecutivo, ni sobre el futuro del brasileño, de quien mantuvo que está lesionado.
En la rueda de prensa ofrecida en Gelsenkirchen, Rikjaard también aludió a una conversación que mantuvo en el aeropuerto con el entrenador de porteros, Juan Carlos Unzué, la cual fue desvelada por TV3, y en la que Unzué le habría preguntado si llevaba preparado el paracaídas, y Rijkaard le respondió: "Tengo dos días". El holandés aclaró que se refería a que "tenía cosas en mi bolsa para dos días". "Estoy hablando en serio", afirmó después.
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