Este artículo se publicó hace 16 años.
El Rossi que vive en el anonimato
Francés, de 18 años, competirá en 125 cc con una Honda
Sonríe cuando se le pregunta si tiene alguna deuda con el fisco. "No, aunque cuando acabe la temporada puede que lo mismo tenga una con mi casero", bromea. Pequeño, enjuto y aprendiz de tener esa cara de mala leche que según Alberto Puig necesita un piloto para ganar, Louis Rossi entrena estos días en Jerez, mientras aprende a convivir con la fama de su apellido. "Hay gente que piensa que soy el primo pequeño de Valentino hasta que hablo y..." Entonces, su Rossi pierde el acento mediterráneo de Tavulia. Nacido en Mans (Francia), Louis siempre prefirió las motos a cualquier otro artilugio. "A mi madre siempre le costaba separarme del escaparate de Eurobike 77 (un concensionario de motos cercano a su casa) cuando volvíamos de la escuela", recuerda Louis en su blog.
El año en el que Valentino ganó su primer título mundial (1997), Louis, con siete años, demostraba que se le daba bien hacer interiores con su minimoto, en las carreras que organizaban entre los amigos del barrio. "Jugábamos a ser algunos de los pilotos que corrían en el circuito (Le Mans) y nos lo tomábamos muy en serio", asegura. Aquellas carreras siempre terminaban frente al escaparate de Eurobike 77, la tienda que, años más tarde, le devolvió toda esa devoción en forma de material. El concesionario de Honda se convirtió en uno de los principales apoyos de Louis cuando comenzó a disputar las categorías inferiores del motociclismo francés y, durante las últimas temporadas, en el campeonato galo de Superbikes.
Primer podio en Le Mans
En esta categoría, Louis comnezó a darle vida a su apellido entre una jauría de pilotos que se juegan en cada carrera sus sueños. En los interminables viajes por carretera entre su casa y los circuitos de España, Francia e Italia, sedes del campeonato de Superbikes, Louis memorizaba los trazados. "En ocasiones", explica Fredéric Terrier, su entrenador de entonces, "le teníamos que hacer callar porque empezaba a cantar las curvas y su relación de marchas, combinado con las vueltas rápidas que se habían conseguido en la última temporada en las categorías de 125 cc, 250cc y MotoGP. Se lo sabía todo".
La manía le viene desde que empezó a leer. "La culpa la tuvo un póster que tenía encima de su cama", asegura su madre. En aquella cartulina aparece el trazado de Le Mans con toda una serie de datos técnicos que Louis escupe como si fuera una máquina. Por eso, la primera vez que tuvo una moto competitiva, Louis consiguió en su circuito el primer podio de su carrera. Fue el 25 de marzo de 2007, días antes de que la federación francesa le concediese un wild card para disputar el Gran Premio de Estoril. El Rossi francés no desaprovechó ese apoyo y comenzó a crecer en su pilotaje, hasta convertirse en campeón francés de Superbikes. Este título se convirtió en el aval que necesitaba la federación gala para ofrecerle una de las Honda para el próximo mundial de 125 cc.
Extrovertido fuera de la pista, Louis alterna los números 62 y 69 en el carenado de sus motos. Como piloto, le gusta estudiar a sus rivales durante un par de vueltas antes de empezar a enseñarle la rueda. En su debut en el Mundial, Louis contará como director técnico a Gilles Bigot, el ingeniero de mecánicos con el que Alex Crivillé se proclamó campeón mundial de 500 cc. y con el que Tiriti Cardús fue subcampeón.
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