Este artículo se publicó hace 14 años.
"Para que salte me tienen que hacer mucho daño"
Pedro León reconoce haber aprendido a jugar más para el equipo y menos para él
Hubo un día en el que Pedro León cambió para siempre. Correa, uruguayo compañero suyo en el Murcia, le miró a los ojos: "¿Por qué no juegas más para el equipo?", le preguntó y Pedro León, que todavía no había cumplido los veinte años, recapacitó: "Es verdad que soy de los que coge la pelota y no la suelta". Jugaba entonces de mediocentro, pero ese día se propuso el cambio, cosa que aún le agradece a Correa. Y ahora cada vez que coge un balón piensa "en la solución ideal para el equipo", no para él. "Otra cosa es que para llegar a ella, a veces, deba regatear", acepta. Pero eso entra dentro del guión en Pedro León. Es más, sin esos regates por los extremos no sería lo que es. Y fue Casuco, ex lateral diestro en el Zaragoza, el que le destinó a esa posición en el Murcia.
Pedro León crece en Getafe, enriquecido por su referente: Míchel
Ahora, a los 23 años, Pedro León desea que Míchel, su entrenador en Getafe, se dirija a él para enriquecerle, "porque todo lo que me diga se basa en su experiencia propia. Él jugó en este puesto quince años y no creo que exista nadie que me pueda corregir con su sabiduría". Pedro León es "el hombre tranquilo" que podría haber sustituido a John Wayne en la película. "Es verdad que para que yo salte me tienen que hacer mucho daño". De profesional, jamás le han expulsado y es algo que se nota a su lado. Cada respuesta la acompaña de una sonrisa y durante esta entrevista llega a comer cuatro o cinco caramelos sin azúcar. Pero nada de eso significa que, a su edad, no tenga callo. "En un año en el Levante aprendí que en el fútbol no todo es color de rosa", explica. "Cada día amanecía un nuevo problema en el vestuario. Salí muy dañado de ahí, pero a la vez comprendí que la gente admite a los que se caen, pero no perdona a los que no se levantan".
Hijo de un guardia civil, siempre creyó que algún día opositaría para bombero. Pero ahora que es futbolista se implica hasta el fondo. Por eso pregunta y escucha y observa. "Ha habido una persona como Marcos, el capitán del Valladolid, que me ha demostrado que para él lo que pasa en un vestuario está por encima de todo". Y a Pedro León le gustaría ser así, "pero lo primero que necesito es echar raíces en algún sitio. Llevo cuatro equipos en los últimos cuatro años, y así no es fácil". Pero no desespera. "Tengo un ejemplo que es Zidane. He hablado con gente que ha jugado con él y todos me han hablado de maravilla. He visto, incluso, la película de su vida y he comprobado que todo lo que logró le costó mucho. Así que imagino que a mí me sucederá lo mismo". La ventaja de Pedro León es que no sabe vivir sin hacer deporte. "Yo tengo una infancia en la que estaba todo el día en la calle con una pelota y una bicicleta, desde que comíamos hasta las doce de la noche. Había tiempo para todo: teníamos un circuito de bicicleta y las porterías eran dos cocheras". Hoy, su hermano Luis es ciclista profesional y ha ganado dos etapas en el Tour, pero tampoco hubiera extrañado que Pedro le hiciese compañía en el pelotón. "Yo corrí cuatro años, en los que fui dos veces campeón regional de ciclismo. Pero había un problema: los inviernos, sin competir, se me hacían muy aburridos y fue por lo que me dediqué al fútbol".
Hoy, acepta el privilegio, incluso cuando se compara a su hermano ciclista. "El 99% de la población quisiera ser futbolista". De hecho, Pedro tiene otro hermano menor, con 18 años recién cumplidos, que lucha por serlo, "pero no sé, porque esto es tan difícil..." Y reivindica la exigencia de la profesión. "Los partidos te dejan cascados, representan un esfuerzo tremendo. Hoy en día existe tanta igualdad que para llegar a una pelota lo tienes que dar todo".
"Antes cogía el balón y no lo soltaba; ahora pienso en el equipo"
El Mundial, un sueño necesarioPedro León juega esta noche las semifinales de Copa en Sevilla, pero el sábado no estará en el Camp Nou por sanción. El día de mañana señala el horizonte, pero al presentarle una ilusión más próxima, el Mundial de Sudáfrica, entonces ya no se ríe, se carcajea, "porque es un sueño necesario". Pero tampoco se deja avasallar por lo trascendental, "soy un tipo muy de la calle", aunque el día que Público estuvo con él y se enteró de la declaración que acababa de hacer su entrenador ("los jugadores acostumbran a buscar excusas y los entrenadores explicaciones"), para justificar la incapacidad del Getafe de ganar contra diez, Pedro tiró por lo filosófico: "Yo diría que no es culpa nuestra, que es una cosa ajena a nosotros. El ser perverso que hay en nuestro interior".
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