Este artículo se publicó hace 14 años.
Samba apagada en los laterales extremos
Marcelo y Alves se han mostrado menos ofensivos que nunca en los tres clásicos
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Uno de los carriles del maratón de clásicos parecía destinado a convertirse en un incendio de fútbol, en un vaivén de incursiones incontrolables. En la misma banda en la que Pedro, Cristiano (en Liga) y Di María (en Copa y Liga de Campeones) vienen ocupando las posiciones más adelantadas, a sus espaldas amenazan Alves y Marcelo, "dos de los mejores laterales del mundo", según el mítico defensa brasileño Carlos Alberto.
Pero, como sucedió en la guerra fría, el arsenal del enemigo ha hecho que los estrategas de ambos bandos no se atrevan a atacar con toda la artillería. Mourinho y Guardiola han preferido dar instrucciones conservadoras a sus laterales, el izquierdo madridista y el derecho azulgrana, que se han mostrado menos peligrosos que nunca, más defensivos en vigilancia de los atacantes rivales.
El azulgrana centra menos al área pero recupera más balones
Imprescindibles para sus técnicos, Marcelo y Alves son dos de los siete jugadores que han disputado todos los minutos de los tres clásicos disputados en las últimas semanas. Pero han llamado más la atención con sus polémicas el pisotón de Marcelo a Pedro o la sobreactuación de Alves tras la patada de Pepe que con sus jugadas ofensivas.
Para Carlos Alberto, autor en una de sus incorporaciones al ataque del gol que en la final contra Italia dio a Brasil la Copa del Mundo de 1970, la presión es uno de los factores que ha hecho que Marcelo y Alves no puedan brillar como acostumbran en los clásicos. "Son partidos especiales que llaman la atención de todo el mundo. Hay la misma preocupación por ganar que por no perder", argumenta.
Alves, que pone una media de 5,3 centros al área en Liga, se quedó sin dar ni uno en el último clásico liguero, algo que sólo había sucedido en una jornada. Tampoco centró en Liga de Campeones y lo hizo sólo tres veces en la final de Copa. Eso sí, se ha multiplicado en defensa: recuperó 12 balones en el clásico liguero, cifra que sólo ha superado en una ocasión. En la final de Copa, recuperó diez balones y en la ida de Liga de Campeones, seis.
"Hace 40 años, yo jugaba como ellos", recuerda el mítico Carlos Alberto
En el caso de Marcelo, pese a haber disminuido sus incursiones ofensivas, su prudencia no le sirvió ante Afellay, que le superó aprovechándose de un pequeño resbalón del brasileño para dar el centro que supuso el primer gol de Messi en la ida de las semifinales europeas. Marcelo está regateando menos de lo que es habitual en él. Es el quinto mejor en ese apartado de la competición europea (con 59 intentos y 24 éxitos), pero sólo probó tres quiebros (uno con éxito) en la ida, idéntico número de intentos y aciertos en Liga y un regate, culminado con tino, en la final de Copa.
Considerado uno de los mejores laterales de la historia, Carlos Alberto se muestra convencido de que "Marcelo va a tener que salir, sin miedo aunque con disciplina. No le va a servir de nada quedarse esperando porque al Madrid le sirve ganar o ganar".
Factor sorpresaEn un fútbol acostumbrado a que los laterales sean jugadores de equipo que se conforman con defender, subir de vez en cuando y pasar desapercibidos, ejemplos como el de Carlos Alberto sirvieron al fútbol europeo para que se atreviera con carrileros brasileños arriesgados como Marcelo y Alves, "o Junior, Jairzinho, Cafú, Roberto Carlos, Maicon...", enumera el propio Carlos Alberto. "Hace 40 años, yo jugaba como Marcelo y Alves", agrega.
El jugador defiende la importancia ofensiva del lateral "porque es el que aporta el factor sorpresa". "Cuando suben, de todos modos, saben lo que tienen que hacer, no salen sin sentido y buscan el momento adecuado", defiende sobre Alves y Marcelo. "Si no fuera por este tipo de laterales, yo creo que Brasil tendría sólo dos mundiales, el del 58 y el 62. Porque a partir de entonces empezamos a jugar con carrileros muy ofensivos", asevera Carlos Alberto. Y recuerda la importancia de quienes han sabido neutralizar las incursiones ofensivas de los carrileros cariocas: "En la final del Mundial del 98, mi opinión es que Francia ganó a Brasil porque cerró el camino de Roberto Carlos y Cafú, así que la selección se quedó sin opción de ataque".
De juego similar, Alves y Marcelo se asemejan también en su carácter. Ambos son provocadores y agresivos, muy molestos para el rival. Pero muy divertidos para los compañeros. No cuesta ver a Marcelo arrancar las risas del resto de madridistas y en el Barça señalan que Alves "pone la música en el vestuario". Carlos Alberto lo resume: "Así somos los brasileños, laterales o no: alegres. Todo es samba y fútbol".
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