Este artículo se publicó hace 16 años.
Una selección sin identidad
La falta de un sentimiento común confunde a los bosnios
1. La línea defensiva es la debilidad de Bosnia
La defensa bosnia está bajo mínimos ya que Neven Subotic y Sasa Papac se niegan a ser convocados. Por si fuera poco, Branimir Bajic fue borrado por Blazevic después de su mal rendimiento en el amistoso contra Bulgaria. No tiene mucho donde elegir. Berbatov, con Bulgaria, marcó la diferencia aprovechando las ingenuidades bosnias. La línea de cuatro tiene una tendencia excesiva a la marca al hombre, no defienden en función del balón, sino del jugador. Hacer movimientos para generar espacios a la entrada de segunda línea les hace mucho daño. En los centros laterales sufren, tienen altura y juego aéreo, pero los desajustes defensivos son una constante. Tendencia al estatismo, la anticipación es una manera de generar ocasiones de gol.
2. Hasagic y su 1,90 están de vuelta bajo palos
Quién sabe si por una mala traducción o por un despiste. En España se ha comentado que Blazevic está de enhorabuena, Hasagic el goleador bosnio está de vuelta. Nada más lejos de la realidad. Hasagic es el portero titular de la selección, tiene altura, 1,90, domina el juego aéreo, siendo dubitativo en las salidas. Le falta autoridad, llega bien a palos, no busca el blocaje sino que tiende al despeje. Habrá que estar pendiente de la segunda jugada, el rechace puede dar segundas opciones a los puntas españoles. Con una línea de atrás tan debilitada, la vuelta de Hasagic es aire de esperanza para el seleccionador. El siguiente objetivo será hablar y mandar, ordenar y hacer de ‘kaiser’, ya que contra España cualquier despiste puede tirar por tierra un planteamiento basado en mantener la portería a cero.
3. El planteamiento Blazevic y los ataque por oleadas
Ordenados en un 1-4-4-1-1 en repliegue defensivo, con dos puntas, más mediapunta en ataque. Atacan por oleadas, llegan poco pero con muchos hombres. No perder nunca el sitio será una garantía para no sufrir. Blazevic es un amante de jugar con dos centrales más líbero, el 1-5-3-2 con repliegue y contraataque, dejar la calidad arriba y marcar la diferencia en el balón parado. Esto último lo tienen. Tiene lanzador y una legión de jugadores por encima del 1,85, pero no tiene jugadores para apostar por el dibujo que le hizo triunfar con Croacia. Línea de cuatro, doble pivote defensivo atrás y las dudas de un punta con línea de tres por detrás o dos interiores más dos puntas en fase ofensiva. Siempre siete jugadores sin perder posición defensiva, juego directo como transición ofensiva y finalización en pocos toques. Cuando ven el espacio se lanzan al ataque. Son un equipo de oleadas, que mezcla fases sin ideas con etapas de ansiedad por encontrar la portería contraria.
4. Misimovic, Pjanic y Salihovic, una segunda línea competitiva
El primero es el ‘10’. Es el organizador y la referencia. El capitán después de que la leyendas Barbarez y Salihamidzic haya renunciado a volver a vestir la camiseta de Bosnia-Herzegovina. Le ofrecieron volver como jugador o seleccionador pero rechazó ambos ofrecimientos. El balón parado es cosa suya y de Salihovic. Puede jugar en cualquier posición por detrás del punta. Es básico y fundamental para generar fútbol, jugará en banda buscando la diagonal para recibir entre líneas y lograr el pase interior o la finalización. No se perderá en toques innecesarios, es jugador criado en la escuela del Bayern donde el fútbol es finalización en uno, dos o tres toques como máximo. El otro crack es Pjanic, juega en el Olympique de Lyon. Tiene 18 años y es la esperanza del fútbol bosnio.
5. El dilema del 9, un puesto con ‘overbooking’
Habituado a jugar con dos puntas, la escasez de jugadores en la línea defensiva ha provocado un ‘overbooking’ para jugar de ‘killer’. La lista de convocados es puro desequilibro y no está ajustada a un planteamiento defensivo. No saldrán con tres puntas, descarten un equipo atrevido. Esperarán el momento de la oleada. A la espera de esto, el interés está en acertar con el ‘9’ que ponga en escena Blazevic. Apuesto por un trotamundos, Muslimovic, juega en el Paok, pero estuvo en el Calcio. Un ariete con muchos partidos pero pocos goles. Tarde o temprano ese puesto será para Dzeko, pareja de baile de Misimovic en el Wolfsburgo. Un punta de altura y movilidad. Le falta experiencia y nivel competitivo, pero acabará siendo el ‘killer’ de la nueva Bosnia.
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