Este artículo se publicó hace 14 años.
El séptimo sueño
Tras las seis copas, el Barcelona asume un nuevo reto ante el Inter, una remontada épica
¿Obsesión o sueño? ¿Quién dibuja la línea entre lo uno o lo otro, entre la ilusión que desprende Pep Guardiola cuando habla de la semifinal que esta noche enfrenta al Barcelona con el Inter y la pose altiva y distante que muestra Jose Mourinho al referirse a la fiesta del fútbol que hoy aguarda en el Camp Nou? Tal vez la humildad con la que el hexacampeón, el considerado mejor equipo del mundo, todavía ambicioso, asume sus títulos. O la provocadora soberbia con la que el técnico del Inter gestiona la ventaja (3-1) con la que parte el conjunto lombardo en el camino hacia la final del Bernabéu.
"Siento una felicidad enorme, un placer indescriptible y quiero que los jugadores se den cuenta de que es un honor, un privilegio estar en semifinales de la Champions", proclamó ayer Guardiola, justo antes de afrontar el último entrenamiento previo al encuentro de esta noche (20:45, TV autonómicas). "Lo único que cuenta es convertir en realidad el sueño del Inter. Yo ya gané la Liga de Campeones y me gustaría volver a hacerlo, pero ya la tengo. Si puedo ayudar a cumplir el sueño de los aficionados del Inter sería muy feliz", apuntó Mourinho, antes de disparar. "Para el Inter es un sueño jugar la final donde sea, para el Barça no es un sueño es una obsesión, es antimadridismo", espetó el portugués. Después, aclaró: "Esto no es una crítica: si la final fuera en Turín para nosotros sería lo mismo".
"Para el Barça la final no es un sueño, es antimadridismo", asegura Mourinho
Ni a Mourinho ni a nadie se le escapa el tremendo ambiente que se respira en la ciudad desde hace días. Las iniciativas para alentar al equipo se suceden, la hinchada no cesa de hablar del encuentro de hoy y los jugadores se animan con sólo escuchar todo lo que la afición prepara para intentar lograr la primera remontada épica a la que se enfrenta este equipo. La única gesta que falta en el brillante currículum de este grupo de jugadores.
Aún así, Guardiola contemporiza. "Esto es sólo un partido de fútbol, no nos confundamos", apuntó el técnico azulgrana. Es el mensaje que ha repetido a la plantilla en los últimos días. Casi tanto como este otro: "Para ganar tenemos que ser nosotros mismos. No importa el Inter ni su entrenador, con todos los respetos, sólo importa que seamos nosotros". "Nuestra felicidad es que podemos pensar en nosotros y menos en el rival", coincidió Mourinho.
La cuestión es que el Barça, que promedia 2,6 goles por partido como local en esta Champions, necesita marcar como mínimo dos tantos para acceder a la final del Bernabéu. La estadística recuerda que el conjunto catalán, en casa, no ha podido marcar en sus últimas cuatro semifinales europeas. Y Guardiola, que ha convocado a todos los jugadores disponibles, tendrá que suplir la baja del sancionado Puyol y aguardar a la evolución de Abidal, pendiente del alta médica.
Mourinho, que, según dijo, estará acompañado por Figo en el banquillo, también ha desplazado a todo el equipo. Pero anunció pocos cambios: contará con Sneijder, renqueante. "No está al 100%, pero tengo que arriesgarme", se resignó.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.