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Serrano le da vida al Racing

El racinguista mete el gol del triunfo en el último instante

ALFREDO VARONA

 

Fue algo casi milagroso, un guión de película para el racinguista Óscar Serrano. Sucedió en el descuento. De repente, noticia, el balón apareció en el área del Mallorca. Lo dirigió Iván Bolado, que se lo dejó a Óscar Serrano, el futbolista que llevaba dos minutos en el césped. Lo suficiente para colocar esa pelota en la escuadra y agradecer con un gesto al cielo tanta nobleza.

No fue un gol de una semana. Fue el gol que soñó durante siete meses, en los que se llegó a hablarse de su retirada. Pero Serrano no va a caer a los 30 años. Es el orgullo salvaje, el heredero de Munitis. Necesitó 120 segundos para demostrar que el Racing necesita gente de esa estirpe.

Para el Mallorca, significó la confirmación definitiva. Ha separado el pie del acelerador. Sus opciones crecieron en la segunda parte, en la que Joao Víctor se inspiró como un poeta. También tuvo la facilidad con la que Nsue tiró a gol o la perseverancia de Webó, al que Pinillos se anticipó en el último segundo. Y, sobre todo, echó de menos más frialdad de Víctor frente a Toño. Pero Víctor hizo lo que no hacía Laudrup en su época. Tiró el balón al cuerpo del portero.

Fue en los últimos diez minutos cuando el Mallorca sacó a toda su gente. Atrás vivía asustado el Racing, en el que el portero Toño se manifestaba como su elemento más competitivo.

En realidad, suspiraba por el empate, pero entonces nació Óscar Serrano, que se negó a ser un dato más, una anécdota en un partido que siempre será el suyo. Y de paso, el Racing sumó su primera victoria como forastero. O sea, que la tarde perfecta estaba en sus manos.

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