De dominador a dominado. El Sevilla demostró que también es capaz de salir con vida de partidos que se escriben con renglones torcidos. El Stuttgart le apretó, le acosó como casi nadie lo había hecho en toda la temporada, pero Jiménez dio con la tecla. Recordó que para días así puede echar mano de ese dibujo que con un único punta y cohetes en las bandas mataba a la carrera. En ese planteamiento estuvieron en su salsa Navas y Perottí. Los dos jóvenes no se arredraron frente al escenario alemán y rompieron el partido con su velocidad.

El Sevilla preparó los blindados para protegerse de un ataque aéreo ante la tarjeta de presentación del once del Stuttgart en el que aparecían unos cuantos rascacielos. Sin embargo, la estrategia ofensiva de los alemanes se trasladó del cielo al suelo. La tocan, y bien los hombres de Markus Babbel. A pesar de la envergadura, este equipo tiene talento para rasear la pelota en ataque.

Así las cosas, los de Jiménez tuvieron que probar su propia medicina durante el primer tramo del partido. Los germanos hicieron muy ancho al campo para dar trabajo a los laterales. Alexander Hleb ha pasado en unos meses de mendigo a príncipe. De anónimo en la partitura de Guardiola se ha convertido en el mariscal del Stuttgart. Empadronado entre el centro del campo y la delantera, el bielorruso le abrió las alas a su equipo. Khedira, Cacau, Osorio y Trasch disfrutaron de sus pases. La pelota llegó siempre con superioridad alemana hasta la zona protegida por Sergio y Navarro. Tuvieron que echar una mano los interiores y los mediocentros para evitar males mayores. Por si acaso, tanto Dragutinovic como Squillaci taparon el último pase. la jugada a pelota parada fue el alivio de los andaluces.

Ante un dominio tan indiscutible,Un centro milimétrico de Adriano lo fusiló de cabeza Squillaci a portería. El gol no cambió la tendencia del partido. El Stuttgart mantuvo el toque claro y la velocidad sin acertar ante Varas.

El Sevilla necesitaba más quórum en el centro del campo. Duscher personificaba lo que añoraba el equipo así que a Luis Fabiano le tocó ver en el segundo tiempo en el banquillo. El ungüento fue mano de santo. Cediendo campo, los bólidos del Sevilla encontraron la autopista. Perotti se saltó todos los peajes de la izquierda para que una cantada de Lehman le diera el gol a Navas. El equipo estaba de lo más suelto. En pleno festín llegó el tercero de Squillaci.

El Stuttgart fue un rival incansable. El gol de Elson encendió otra la vez la fogata, la grada creyó en la remontada. Los andaluces sufrieron durante un cuarto de hora pero la defensa supo aguantar para mantener la ventaja y casi cerrar la clasificación

Stuttgart (1): Lehmann; Osorio, Tasci, Boulahrouz, Boka; Träsch (Hitzlperger m. 68); Kuzmanovic, Hleb, (Elson m. 68) Khedira; Schieber y Cacau (Pogrebnyak m. 68).

Sevilla (3): Javi Varas; Sergio Sánchez, Squillaci, Dragutinovic, Fernando Navarro; Navas, Lolo, Zokora, Adriano (Perotti m. 36); Kanouté (Koné m. 92) y Luis Fabiano (Duscher m. 46).

Goles: 0-1. M. 23. Squillaci conecta un gran remate de cabeza después de un magnífico centro de Adriano. 0-2. Min. 53. Centro de Perotti que se le envenena a Lehman y Navas atento empuja el balón a portería. 0-3. M. 71. Squillaci remata de cabeza un falta sacada por Dragutinovic. 1-3. M. 73. Golazo de falta de Elson.

Árbitro: Vink (Holanda). Amonestó a Duscher y Sergio Sánchez. Vaf Arena: 45.000 espectadores.