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El show de Ricky Rubio en el Rising Game

El base español deleita en Houston con su repertorio. Como ejemplo, un pase sin mirar y por debajo de las piernas. Su equipo se llevó la victoria por 163-135

EFE

El ala-pívot Kenneth Faried, de los Nuggets de Denver, como el mejor anotador de la noche, y el base español Ricky Rubio, de los Timberwolves de Minnesota, que puso la magia en los pases, guiaron al equipo de Chuck a la victoria por 163-135 ante el de Shaq en el Partido de las Promesas -'Rising Game- de la 62 edición del fin de semana All Star.

Faried fue una máquina de hacer puntos y concluyó el partido con un doble-doble de 40 tantos (18-22, 1-1, 3-3), 10 rebotes y dos asistencias, que le permitieron también ser nombrado Jugador Más Valioso (MVP) del partido.

'Me siento maravilloso. Es un gran sentimiento el saber que has ganado un premio al tener al lado a grandes jugadores a los que has superado en el lado positivo de competir y hacer que el baloncesto fuese un gran espectáculo', declaró Faried al concluir el partido. 'Ganar el premio de MVP es todo un honor'.

El titular de los Nuggets, segundo año de profesional, demostró su gran nivel de juego y todo el potencial que posee de cara al futuro. El acierto de Faried fue completo desde el inicio del partido, que no tuvo ningún tipo de emoción al estar siempre dominado por el equipo de Chuck, que al descanso ya se fue con la ventaja parcial de 90-66 y un 66 (37-56) por ciento de acierto en los tiros de campo y el 67 (12-18) de triples.

Faried, que anotó 19 puntos en la primera parte, tuvo en Rubio a su mejor pasador y con el que se entendió a la perfección, siendo la clave que abrió el marcador a favor del equipo de Chuck, al igual que los 14 que consiguió el base Isaiah Thomas, de los Kings de Sacramento, también un segundo año como Faried, que concluyó el partido con 18 tantos. Rubio, como había prometido antes del partido, salió al campo del Toyota Center, de Houston, para divertirse y hacer que la gente lo pasase bien, algo que logró en plenitud.

 

El jugador catalán, que salió de titular, disputó 16 minutos en los que anotó cinco puntos (2-2, 1-3, 0-2), pero repartió 10 asistencia, recuperó un balón y perdió otro. Una de las jugadas que puso en pie al público que acudió al Toyota Arena de Houston fue un pase que dio sobre la línea de fondo a Bradley Beal. Mirando al tendido, abrió las piernas y cruzó el balón por debajo para que le llegara franco a Beal para anotar. Puro espectáculo.

'He disfrutado mucho, todo, porque se trataba de eso, de pasarlo bien y lo he conseguido', declaró Rubio al concluir el partido. 'Además, me sentí más cómodo y sólo pienso en el futuro, y que todo va a bien con relación a mi lesión'.  El jugador de El Masnou reiteró que tiene más experiencia, conoce mucho mejor todo lo que sucede en la liga y de ahí que ahora ya pueda disfrutar cada partido. 'La lesión me permitió tener tiempo para ver mucho baloncesto y me ayudó para aprender mucho, de ahí que cada vez me sienta más cómodo en todo lo que hago en el campo', agregó.

Aunque Rubio fue el único jugador del equipo de Chuck que no superó la barrera de los 10 puntos, el resto de sus nueve compañeros tuvieron números de dos dígitos, el jugador de El Masnou se entendió a la perfección con Faried, Leonard y Tristan Thompson (Cleveland), estos dos últimos que aportaron 20 puntos cada uno.

El entrenador asistente de los Spurs, Mike Budenholzer, que dirigió al equipo de Chuck, le ganó también en la estrategia del juego y en los cambios a David Fizdale, el asistente de los Heat de Miami, que trabajó con el de Shaq.

El base australiano Kyrie Irving, de los Cavaliers de Cleveland, que jugó con el equipo del Shaq, fue el mejor al aportar 32 puntos, seis asistencias y seis rebotes, pero esta vez no pudo darle la victoria como hizo el año pasado con el de Chuck (146-133), cuando anotó 34 tantos y ganó el premio de Jugador Más Valioso (MVP).

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