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Una sorpresa para intentar desestabilizar a Argentina

La entrada de Granollers pretende pillar a los argentinos desprevenidos

MIGUEL ALBA

Los mensajes positivos comenzaron a sucederse en el mismo momento en el que se iniciaron las urgencias para Emilio Sánchez Vicario. 'Mis compañeros pueden ganar la Davis sin mí', aseguraba el lunes Nadal. Un razonamiento que apostillaba Pedro Muñoz, el presidente de la federación, en la mañana de ayer. Por primera vez, en mucho tiempo, Nadal y Muñoz se han aliado por un bien común: minimizar el impacto de la baja del mallorquín ante la triple entente desfavorable (pista, grada y equipo).

Emilio, sin embargo, hacía otras cábalas. Sin Nadal, el capitán sabe que la moral de la tropa se debilita. No sólo porque Rafa aporta una buena derecha, sino porque hace creerse mejor al resto y sabe marcar el calendario. 'Si Rafa dice que ganamos, nadie duda de ello', aseguran desde el propio equipo. A falta de referente, Emilio ha buscado un doble incentivo con la llamada de Granollers. Por una parte, la convocatoria de Marcel reparte nuevos protagonismos en el equipo porque tanto él, como Feliciano o Verdasco pueden permutar el número dos con su aparición en el doble. La segunda intención de Emilio es, precisamente, con esta versatilidad de los tres jugadores, impedir que Argentina tenga una idea preconcebida de cómo se desarrollará la eliminatoria.

Emilio quiere crear dudas en Mancini convocando a un novato, que puede ejercer de dos, de doblista o de animador, convertiendo la pre-final a un realidad confusa para Argentina. Poco más puede hacer sin Nadal.

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