Este artículo se publicó hace 15 años.
El temerario Einstein
El vestuario del Sporting adora a Preciado por su contagioso atrevimiento
J osé Ángel, con marcas de acné todavía en su rostro, no acertaba a atarse las botas en el vestuario del Camp Nou. Afuera le esperaba Messi. El peor enemigo para tratar de demostrar que en sus 19 años cabía un futbolista de Primera: "Estaba nervioso, le tenía mucho respeto a Messiy al Barça. Pensaba en la que nos podía caer. De repente, vino Preciado y me gritó en la oreja: Nene, palante, tú siempre palante".
Si alguien sabía cómo serenar las culebras en el estómago de José Ángel era Preciado, que también debutó como jugador del Racing en el Camp Nou. Calmó al joven lateral tirando de la misma osadía con la que tiene conquistado al vestuario, que le apoda en voz baja Einstein, por su parecido con el genio.
"Nene, tú siempre palante", le dijo a José Ángel antes de debutar ante MessiEl Sporting es un grupo de futbolistas convencidos por su entrenador de que la victoria está más cerca de la portería contraria que de la suya. "Es muy ambicioso. Para ser un equipo recién ascendido, somos bastante atrevidos, vamos a ganar en todos los campos. No sabemos encerrarnos, es una filosofía que Preciado nos transmite. Si especulas, acabas perdiendo, nos insiste", dice el central Gerard.
"Es un optimista por definición. Trata que sus equipos estén impregnados de su carácter y lo consigue. Le sale natural", comenta el mediocentero Matabuena.
Preciado no renegó de su fútbol atrevido ni cuando en las primeras cinco jornadas ligueras el Sporting sumaba cero puntos, y en cuatro días Barça y Madrid le habían tocado el orgullo y la moral con sendas goleadas: 1-6 y 7-1.
"Nunca nos hace meternos atrás; somos el séptimo de caballería"Al ataque"Nos encanta que quiera salir a ganar los partidos al ataque", asevera Canella, el lateral izquierdo del que ya manejan informes el Madrid, el Barça y el Aston Villa.
"Dice que seamos nosotros", añade Canella, "que da igual que sea el Madrid el rival. Nunca nos ha dicho que nos metamos atrás y mañana [por hoy] tampoco lo haremos. Tanto si van las cosas bien como si van mal, dice que hay que ser valientes. Nunca rompemos el bloque, somos como el séptimo de caballería: vamos todos a por todo" .
La voz ronca de Preciado retumba en Mareo. "Hablamos con quien tenemos que jugar el balón", le grita a Carmelo. "¿Os hace gracia? Pues a mí, no", le espeta a Diego Castro.
El trabajo es el trabajo. Pero allí se le ve feliz porque huele a fútbol y a sentido de club por todos los rincones. Los jugadores desayunan en la cafetería junto a los aficionados como si nada. Y él dialoga con los viejos socios del Sporting, que le rinden pleitesía por haberles devuelto el orgullo de militar en Primera.
Preciado perdió a su mujer por una enfermedad y a su hijo de 15 años en un accidente de moto. "Ha transformado ese dolor en vitalidad y se la transmite a los jugadores para que disfruten de lo que tienen y de la vida. Aquí es feliz, renovó cuando en otros sitios le pagaban más", comenta un empleado de Mareo. Conserva la misma personalidad arrolladora que cuando iba a las reuniones de sindicato de futbolistas (AFE) y Butragueño y Míchel se le cuadraban.
"Es un tío sencillo, con ideas claras. Nos trata como a hijos. Me quedo con su forma de ser cuando se cabrea porque perdemos. Le dura dos días, pero hay que verlo al hombre, tiene una hostia bastante buena", comenta sonriente el croata Bilic.
"Ni ahora somos el Bayer Leverkusen, ni antes éramos la última mierda que cagó Pilatos. Esta gran frase que dijo cuando empezamos a ganar partidos es la que le define", asevera el habilidoso Diego Castro.
Con un plantilla salida de Mareo más algunos veteranos venidos de fuera, Preciado está a seis victorias de lograr la permanencia alejado del atrincheramiento y los complejos que se les supone a los recién ascendidos. Y eso que toda la plantilla tiene firmada una cláusula por la que sus fichas se rebajarían si descendieran. Le agradecen sus primeras palabras al presidente Vega-Arango nada más ascender a Primera: "Nada de traer siete rusos".
"No conoce la palabra miedo. Siempre va a por el partido. Nos dice que si no, que mejor no salgamos al campo", relata Lora. Neru sonríe: "Le conozco del Racing desde que tenía 22 años y siempre intenta salir a ganar. Es un psicólogo y muy dialogante. He tenido entrenadores que ni me hablaban. Sin embargo, él participa hasta en los ejercicios y en los partidillos como uno más. Es todo un personaje, en el buen sentido de la palabra".
Goles como respeto"Siempre le gusta jugar al ataque y que arriesguemos, pero también cuida mucho lo táctico, que defendamos. Es muy campechano, alguna vez dice tacos, pero es que tiene mucha gracia. De los entrenadores que tuve, es al que menos le gusta explicar con vídeo y apuntar en las libretas. No te mete una hora del otro equipo", afirma Míchel, otro de los componentes de aquel equipo juvenil del Sporting, junto a Canella, que forman la base.
"Es un cachondo y le gusta que demos la cara, por eso no hemos empatado ningún partido. O ganamos o perdemos. Incluso en el Camp Nou, que lo normal es que te metas atrás, nos dijo que saliéramos a disfrutar. Él ha sido el único entrenador que se atrevió a ponerme en mi sitio. Desde que salí de Las Palmas, todos los entrenadores me ponían en la derecha", reconoce Carmelo, uno de los futbolistas que más se ha revalorizado con Preciado.
"Claro que saldremos a buscar al Madrid, ni con 1-0 pararemos y nos meteremos atrás. Es nuestra forma de jugar y con la que salimos de Segunda", prosigue Carmelo. El canario tiene grabada una frase de Preciado: "No hay mejor manera de respetar al rival que meterle el máximo número de goles que puedas".
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