El Atlhetic vio quebrado su inmaculado arranque de temporada ante el mayor empuje de un rival más incisivo que tuvo que esperar casi hasta el epílogo para convertir en gol una de las muchas ocasiones que fabricó. El conjunto vasco, ordenado pero huérfano de chispa, acabó cediendo ante el Tenerife ciclotímico de este principio de curso. El mismo que venía de alternar dos jornadas para soñar con una derrota estrepitosa en Son Moix, donde sacó a pasear el manual del perfecto novato.

Los canarios, mucho más serios atrás que en Mallorca, eso sí, recrearon por momentos esas dos versiones ayer hasta que el cabezazo de Mikel Alonso a cuatro minutos del cierre enterró cualquier fantasma de ingenuidad de un Heliodoro que comienza a ganarse el respeto de la Liga.

El partido nació con intercambio de regalos. Una indecisión de Iraizoz y su defensa, cuando apenas habían transcurrido dos minutos, puso el balón en franquicia a Alfaro para abrir el marcador, pero el onubense devolvió el gesto con un disparo de cortesía, romo e inocente a las manos del vasco. El trueque de despropósitos fue un preludio de lo que vendría después: más de veinte minutos de imprecisiones.

En medio del tedio y con los dos equipos afanados en encontrar su patrón de juego, el grupo de Oltra se encomendó a la fe de Nino, quien en su habitual papel de tragamillas en la punta de ataque buscaba petróleo de la nada de un rincón a otro de la parcela ofensiva. Entre kilometrada y kilometrada, el empeño del almeriense provocó cinco minutos eléctricos en los que el Tenerife acarició el primero.

Román, Bellvís y el propio Nino dinamitaron de golpe el partido y cambiaron el guión ante un Athletic descompuesto por momentos. El último pichichi de plata lograría incluso batir a Iraizoz a pase de Alfaro con un tanto anulado por fuera de juego apenas un minuto después. El panorama había cambiado. El Tenerife tenía el balón y buscaba el gol ante un rival sin respuestas a su falta de fútbol.

Ni siquiera la salida de Ricardo por lesión menguó el ansia de un equipo, el blanquiazul, que encadenó varias ocasiones claras con Nino de protagonista y el meta bilbaíno de apagafuegos. Fueron los peores minutos de un Athletic desconocido.

Tras el receso, Caparrós cambió el plan con dos cambios con mensaje: quitó a los cachorros Muniain e Iturraspe y se amparó en el oficio de Toquero y Gurpegui. El partido pintaba feo para los visitantes, que recurrían a dos jugadores con más galones para invertir los papeles.

La jugada cuajó a medias, entre otras cosas porque Alfaro se empeñó en prolongar la larga lista de ocasiones fallidas de los canarios. Equilibrada la balanza y sin noticias de alguien con pegada que rompiera el cara a cara, el choque se tornó más físico a la espera de un destello que le sacara de esa dinámica.

Oltra se la jugó quitando a un lateral y aumentando la nómina de jugadores ofensivos. La valentía de su propuesta acabaría por encontrar recompensa cuando Mikel

Alonso, justo después de que Alfaro fallara otra oportunidad clarísima, hacía justicia con un cabezazo desde el área chica a pase precisamente del andaluz y ya casi sin tiempo para que el Athletic reaccionara.

Tenerife (1): Aragoneses: Aitor Núñez (Dinei, m. 68), Pablo Sicilia, Manolo Martínez, Bellvís; Richi (Omar, m. 60), Ricardo (Mikel Alonso, m. 41), Román Martínez, Kome; Alfaro y Nino.

Athletic (0): Iraizoz; Iraola, Amorebieta, Aitor Ocio, Castillo; Susaeta, Yeste, Iturraspe (Gurpegui, m. 52), Gabilondo; Etxeberría (Fernando Llorente, m. 63) y Muniain (Toquero, m. 46).

Goles: 1-0. M. 86: Mikel Alonso, de cabeza al saque de una falta lanzada por Alfaro. Árbitro: Álvarez. Amarilla a Bellvís, Omar, Román, Susaeta, Aitor Ocio, Gurpegui, Iraola y Castillo.

Heliodoro Rodríguez: 20.622 espectadores. El local Ricardo abandonó el terreno de juego en el minuto 40 por un golpe en cara.