Tenista tumbado sobre la tierra

Se asemeja al título de un cuadro: tenista tumbado sobre la tierra. La iconografía es recurrente en la pinacoteca de éxitos de Rafael Nadal. El deportista entra en contacto con su superficie fetiche, abraza la divina arcilla en un gesto que une al emperador con el territorio que está bajo su dominio. Así habría que analizar la imagen que volvió a repetirse ayer sobre la tierra batida de la pista de Sevilla.

Factor fundamental en las últimas Ensaladeras de España, aún no había saboreado la gloria de dar el punto decisivo de la final. Ayer añadió otra línea a su interminable lista de logros con uno de esos partidos que lleva su sello. Lejos de su mejor tenis, Nadal le puso casta y coraje a una tarde en la que hasta la hora y media de partido no consiguió ganar un juego al servicio.

El balear, con vistas a Londres 2012, no disputará la Davis el año que viene

La celebración del líder del equipo español es un manual de las buenas maneras. Frenó la euforia desbocada del corrillo después del punto definitivo para ir a consolar al rival. Juan Martín del Potro se dejó caer sobre la red a la espera del saludo protocolario de su contrario. Pero, para Nadal, no es este gesto una mera formalidad. Abrazó al argentino e intercambiaron un pequeño diálogo que acabó con el gigante de Tandil empapado en lágrimas. "Rafa, por más que no esté en su mejor forma, para el resto de jugadores es demasiado bueno. Y Ferrer está un poco en ese nivel. Hice dos buenos partidos y no alcanzó. España nos ganó muy bien", apuntó el número uno de los albicelestes.

Del Potro tuvo a Nadal dos veces contra las cuerdas, pero no supo aprovechar su oportunidad. "A un tipo como Nadal si lo herís, lo herís, lo herís, pero no lo matás; lo transformás en un jugador más fuerte", decía un comentarista televisivo argentino a sus espectadores al otro lado del charco. Una definición perfecta de lo que ocurrió ayer en la abarrotada pista de La Cartuja.

Después del encuentro con Del Potro, Rafa saludó uno por uno a los miembros del equipo suramericano. Ni el último de los fisios se quedó sin la felicitación del español. Tiene todo controlado, el partido no termina hasta que abandona la pista. No se deja llevar por la locura del momento y cumple con todos sus compromisos. Antes de dejarse devorar por la alegría del equipo, tuvo todavía el detalle de buscar en la grada a dos de los capitanes que en 2004, en esa misma pista, le dieron la oportunidad de disputar su primera final de Copa Davis, en una decisión que dejó en el banquillo a Juan Carlos Ferrero. Cumplidos todos los compromisos, ya podía comenzar la juerga.

Ferrer apunta en la misma línea y el doble sugiere un fin de ciclo

La fiesta tuvo algo de especial. Es muy probable que este grupo de jugadores jamás vuelva a encontrarse en una eliminatoria de Copa Davis. Nadal, al menos, da por descartada su presencia para el año que viene: "Yo, el año que viene, seguro que no voy a jugar la Copa Davis, es un año olímpico y en este he sido el que más he jugado. El año que viene, la planificación con Davis se hace imposible con los Juegos. El año que viene, no es el adecuado y, gracias a dios, España tiene jugadores de gran nivel que nos va a sustituir", aseguróel número dos del mundo.

David Ferrer mantuvo en la sala de prensa la misma línea: "Tienes más edad y no aguantas tanto. No sé si es fin de ciclo, pero será difícil que coincidamos los cuatro en la Copa Davis. Queremos jugar los Juegos Olímpicos porque es una cita muy importante que se celebra cada cuatro años", apuntó el alicantino.

El doble de Feliciano López y Fernando Verdasco también apunta a fin de ciclo después del partido del sábado, así que el equipo que presente el capitán en la primera eliminatoria del próximo febrero tendrá muy poco que ver con la alineación titular de esta final ante Argentina. Será otra historia en la que seguro se les echará de menos a todos.