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La tierra prometida espera a Nadal

El mejor tenista español de la historia reaparece en competición tras siete meses lesionado. Será esta tarde en el cuadro de dobles de Viña del Mar

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Han pasado siete largos meses desde que aquel 28 de junio de 2012 el desconocido Lukas Rosol derrotara a Rafa Nadal en la segunda ronda de Wimbledon. Nadie pudo haber predicho entonces que el mejor tenista español de todos los tiempos iba a comenzar un calvario del que por fin hoy sale. Y es que Nadal ha vuelto. Bueno, vuelve esta tarde. A las pistas. A disputar un partido de tenis. A sentirse de nuevo deportista. Y a la tierra batida, su superficie favorita.

Nadal vive estos días en una nube. Su reaparición ha elevado la expectación en torno al torneo chileno de Viña del Mar. Su regreso se ha convertido en todo un acontecimiento. Y es que el rey de la arcilla ha regresado. No podía haberlo hecho en otro tipo de pista, la que le ha dado las mayores alegrías y en la que sigue imponiendo un dominio absoluto. El español ha ganado 36 torneos en tierra, con un balance impresionante de 254 victorias por tan solo 19 derrotas.

Pero su vuelta está llena de cautela, como no podía ser de otra forma. Nada más aterrizar en Santiago de Chile, Nadal advertía sobre su estado de forma: '(Estoy) justillo, pero como siempre voy a hacer lo posible para competir'. El actual número cinco del mundo se ha pasado 220 días en el dique seco. El mayor tiempo sin competir desde que aterrizó en 2001 en el circuito profesional. Hasta la fecha, una fractura por estrés en el pie izquierdo sufrida hace nueve años y una inflamación de la misma articulación hace ocho habían sido sus dolencias más graves, y en ambas ocasiones estuvo alejado de la competición tres meses.

Esta vez ha sido el síndrome de Hoffa que padece en su rodilla izquierda el que le apartado tanto tiempo de las pistas. Nadal sufre una enfermedad crónica que consiste en la inflamación crónica de la zona de grasa situada por detrás del tendón rotuliano y debajo de la rótula. La dolencia le ha apartado en este 2012 de torneos tan importantes como los Juegos Olímpicos de Londres, el US Open, cuatro Masters 1000, la Copa Masters y la final de la Copa Davis ante la República Checa.

En noviembre, Nadal volvía a vestirse de corto y empuñar una raqueta para volver a entrenarse bajo las órdenes de su tío, Toni Nadal. Lo hacía en las pistas cubiertas de Manacor. Parecía ver la luz al final del túnel.

Y cuando el manacorí  había anunciado que volvería a jugar en el Torneo de Abu Dhabi, con la intención de preparar el Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, un virus estomacal le impidió acudir al torneo de exhibición, así como a Doha, por lo que optó por no 'debutar' en un toneo de cinco sets y reservarse para realizar la gira sudamericana, con la intención de preparar los Masters 1000 de Indian Wells y Miami y, sobre todo, la temporada de tierra batida.

Pero la espera ha terminado. Esta tarde volverá a golpear la pelota en un torneo en la la primera ronda del cuadro de dobles, formando pareja junto con el argentino Juan Mónaco. Será la primera toma de contacto de Nadal con la tierra chilena, ante la pareja cabeza de serie número dos del torneo, compuesta por los checos Frantisek Cermak y Lukas Dlouhy.

El miércoles tocará el turno del cuadro individual, una vez que el mallorquín haya tenido las primeras sensaciones sobre su rodilla. Aunque asegura que aún le duelen, reconoce que en algún momento tenía que volver a jugar y el escenario elegido ha sido Viña del Mar, donde se verá las caras en segunda ronda con el vencedor del partido entre el argentino Guido Pella y un jugador procedente de la previa.

 

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