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La titularidad de Arbeloa catapulta a Marcelo

La suplencia de Ramos en Cornellà no fue casual; a Mourinho nunca le gustó

ENRIQUE MARÍN

Marcelo no me gustaba, pero ahora estoy enamorado de él. No quiero otro lateral izquierdo'. Sincero en la salud y en la enfermedad, Mourinho no es muy dado a regalar los oídos. Más bien prefiere martillearlos, ya sea para motivar si habla de un propio o desestabilizar si lo hace de un extraño. Aunque todavía le falte regularidad y la pausa que sólo se adquiere con la experiencia, Marcelo ha dado esta temporada ese salto de calidad que la titularidad del Madrid le exigía, de ahí el enamoramiento de su entrenador. El brasileño ha puesto mucho de su parte, pero también las circunstancias le están ayudando. Y una de ellas tiene que ver con la suplencia de Sergio Ramos y la titularidad de Arbeloa, valga la redundancia.

Como si de un balancín se tratara, el peso de Arbeloa en el lateral derecho ha catapultado a Marcelo hacia su mejor versión en el izquierdo, con la pareja portuguesa Pepe-Carvalho en el eje de la zaga haciendo de punto de apoyo. El rigor defensivo del internacional español, adquirido fundamentalmente en su etapa del Liverpool a las órdenes de Rafa Benítez, compensa las explosiones no controladas de Marcelo por su banda. Esas idas y no siempre venidas del brasileño las equilibra Arbeloa, que cuantitativamente guarda la posición para no quedar en inferioridad y cualitativamente bascula para cerrar las subidas de su com-pañero. A diferencia de Ramos, alocado en cuanto entra en contacto con el balón e indisciplinado con él por una ambición ofensiva que no le corres-ponde, Arbeloa sólo sube la banda cuando la jugada lo exige. Aparece, no está. Se ofrece, no protagoniza. Se perfila antes de recibir, no después. No recurre a su físico, un portento en el caso del sevillano, para paliar sus lagunas tácticas.

El brasileño ofrece su mejor versión gracias al equilibrio que da el español

Desde su aterrizaje (forzoso) en el Madrid, a Mourinho no le gustó la idea de contar con Ramos como lateral. Prueba de ello fue el interés por traerse del Inter a Maicon y, aún más, que el Madrid esté sondeando el mercado en la búsqueda de otro lateral derecho. En la banda contraria, Marcelo estaba bajo sospecha, pero el brasileño se propuso ser y parecer un defensa en toda regla. 'Mourinho me ha ayudado mucho a mejorar defensivamente y a ser más agresivo. Ahora si ves cada partido voy a cada balón como loco', alardeó Marcelo al poco de arrancar el curso. Sin embargo, esa exhibición de pundonor, esa agresividad confundida con locura, que no va ni con su personalidad ni con su fútbol, duró lo que podía durar, de ahí que Marcelo poco a poco volviera a su ser y el Madrid pagara alguno de sus desajustes. El brasileño es una bomba de relojería, difícil de desactivar una vez que entra en el área rival. Sus irrupciones de fuera hacia adentro son imprevisibles. Cuanto más si, como sucedió ante el Espanyol, Cristiano le ve como alternativa a sus jugadas personales y le asiste. En contra de quienes creen (y si son entrenadores, así lo ordenan) que la subida de un defensa debe ser cubierta con la permuta de un centrocampista, la lógica dice que de nada sirve la incorporación de un jugador si es a costa de otro. Además, el Madrid no es un equipo que defienda con balón ni que se ordene a través de él, de ahí la importancia de que sus jugadores, y especialmente los que tienen encomendadas tareas defensivas, recuperen rápidamente la posición tras una pérdida. Si tuvieran la pelota, no les haría falta, pues siempre estarían bien colocados. Xabi Alonso, cuya jerarquía nadie discute dentro y fuera del campo, es el encargado de recordar a Marcelo que debe recuperar la posición cuando el brasileño se queda enganchado.

Los números, sin ser reveladores, sí ayudan a sostener la tesis de que Arbeloa equilibra más y mejor a Marcelo de lo que lo hace Ramos. Esta temporada, el carioca ha coincidido como titular con Ramos en 15 partidos, con un balance de 11 victorias, tres empates y una derrota, 32 goles a favor y 14 en contra. Con Arbeloa, ha compartido titularidad en 11 partidos y no conoce la derrota: ocho victorias, tres empates, 25 goles a favor y siete en contra.

Con ambos en el once, el Madrid no ha perdido en otros tantos partidos

Al término del partido de Cornellà, donde Pepe regresó al once después de 38 días de baja, Jorge Valdano abrió una puerta a la renovación del portugués. 'Tenemos tiempo y estamos progresando. Es un jugador importante y por eso estamos haciendo un esfuerzo', dijo el director general. Unos días antes, las mismas fuentes que aseguraban que el Madrid no pensaba renovar a Pepe informaban del papel estelar que Florentino Pérez le quiere conceder a Ramos. Pero Mourinhono piensa lo mismo, ni con respecto a uno, ni al otro. Otro pulso a la vista, mientras Arbeloa catapulta a Marcelo.

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