Este artículo se publicó hace 13 años.
A Tokio le mola el Barça
El metro de Tokio siempre está abarrotado y es difícil encontrar por allí a un culé, que sea japonés y encima socio del Barça. Pues puede ocurrir y no es un milagro. Ryohei Kobayashi, de 29 años, es uno de los 1.300 socios japoneses del club blaugrana, muy pocos, en un país con una población de más de 127 millones de habitantes, pero en el que no hay demasiada pasión por el fútbol y la afición, en general, es más bien escasa. A Ryohei se le ve a mil leguas que es culé, porque suele incluir en su indumentaria alguna prenda azulgrana. ¿Eres del Barça? El joven se remanga el pantalón y muestra sus calcetines. No hay duda: es un nipón culé. Para más pruebas saca su cartera y busca su carné de socio del Barça. Vamos, culé hasta la médula.
Dice Ryohei que el Barça es el club más seguido por la afición japonesa y que a ellos no le van los merengues. Cuenta, además, que Japón es el segundo país del mundo con más socios del club azulgrana. Él vive en la prefectura de Chiba, al lado de Tokio, muy cerca de la sede del equipo Kashiwa Reysol, que también ha jugado en el Mundialito, algo de lo que se siente orgulloso, pero mucho más de tener ahora al Barça en su país. No sólo orgulloso. También está agradecido de que el equipo de Guardiola esté ahora en Japón. Porque aquí, al menos en Tokio, también mola mucho el Barça.
Ryohei se aficionó al fútbol después de la Eurocopa 2000, cuando algunos jugadores japoneses comenzaban a jugar en Europa y los canales de la televisión nipona empezaban a emitir sus encuentros con mucha frecuencia. Pero lo que le hizo seguidor del Barça fue el partido de Champions contra Leeds United, en el que ganó el Barça por 4-0. "Los jugadores como Kluivert, Rivaldo, Overmars me sorprendieron y me demostraron la filosofía del equipo. Ya yo era hincha del Barça después de este encuentro", explica.
En el año 2004 se hizo socio del club. "Cuando el Barça hizo la primera gira a Japón, en agosto del 2004, los socios japoneses pudimos ver una parte de entrenamiento gratuito y comprar entradas de preferencia; en la Copa Mundialito de 2006 también conseguí la entrada prioritaria con el carné de socio", cuenta, al explicar las ventajas que tiene para un nipón ser socio del club azulgrana.
"Casi todos mis amigos y conocidos que entienden de fútbol son del Barça, sólo uno o dos son madridistas", dice. Ryohei cree que antes había más aficionados a otros equipos, como Man U, Arsenal, Juventus, AC Milan, Internazionale, Bayern. "El Barça ha ganado muchos títulos con un estilo particular, con jugadores con mucho talento y el equipo penetra cada vez más en nuestras vidas. Incluso los que no tienen interés por el fútbol conocen el nombre del FC Barcelona o de Messi".
Ryohei no podrá ir mañana a Yokohama, que está a unos 44 kilómetros de Tokio, para ver la final del Mundialito entre el Santos y el Barcelona. "La entrada es muy cara, sobre todo cuando quieres ir con amigos y ver el partido desde un asiento cerca de la línea media. Cuesta 18.000 yenes -unos 180 euros- y este año no he podido encontrar ningún amigo que se atreviera a pagar esa cantidad, así que veré el partido en algún bar o en casa de algún amigo". "Queremos que esta competición sea un buen recuerdo para el Barça y que el equipo vuelva a España con la Copa", dice.
La cultura de los japoneses sobre el fútbol no tiene nada que ver con la española. Aquí, en Tokio, apenas hay bares en los que se pueda seguir un partido de fútbol. "Es una lástima", se lamenta Ryohei. Cree que el Barça tendría mucho más seguidores si los partidos se vieran en los bares, como sucede en España. "Admiramos más el Barça que otros equipos porque sus jugadores, físicamente, no tienen muchas ventajas, más bien juegan con la técnica de Tiki Taka, así que creemos que los jugadores japoneses, que son relativamente flacos y bajos pueden imitarlos y ganar como ellos".
Ryohei no es sólo culé, sino que presume de serlo. Desde que se hizo fan del club adquiere todo tipo de artículos con los colores azulgrana: camisetas, bufandas, carteles, copas de vino, cartera, calcetines, calendarios, llaveros... Del Barça le gustan muchos jugadores: Messi, Xavi, Tiago, Cesc, pero ahora su favorito es Iniesta.
"El Barça ya es una parte muy importante de mi vida, en serio", afirma este joven nipón. "Es maravilloso pasar un momento fantástico viendo sus partidos una vez a la semana, que lo sigo a través de la televisión", señala. Para Ryohei, el fútbol es sólo eso, un juego, "no una guerra virtual de ciudades o países". Y el Barça le ofrece todo un espectáculo. "Es como un teatro sin el guión", dice.
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