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Tragedia en el desierto de Mojave

Ocho espectadores muertos y doce heridos en una carrera en California

N. ROMÁN / AGENCIAS

Conocido entre otras cosas por albergar durante años la cabina más solitaria y famosa del mundo, el californiano desierto de Mojave fue escenario de una nueva tragedia automovilística. Ocho personas resultaron muertas y doce más heridas, cuatro de ellas graves, víctimas del impacto de un todoterreno que disputaba la prueba California 200. El vehículo se desvió de su ruta, voló por los aires y, en su aterrizaje, se llevó por delante a una veintena de espectacdores. Nada, ninguna barrera o protección, los separaba del trazado, aseguraron testigos presenciales del accidente.

'Había cuerpos y polvo por todas partes; gente gritando y corriendo', señaló un fotógrafo que cubría la carrera a la agencia Associated Press. Según apuntó un portavoz del condado de San Bernardino, el más próximo al suceso, el todoterreno se salió del trazado poco después de que los participantes tomaran la salida, a las ocho de la tarde del sábado, hora local. Las autoridades tratan ahora de determinar la causa exacta del accidente, que provocó la muerte inmediata de seis personas. Las otras dos víctimas fallecieron una vez habían sido trasladadas a un centro hospitalario.

Ninguna barrera separaba a los espectadores del trazado de la pista

Ningún cargo recae aún sobre el conductor del vehículo, que, víctima a su vez de la ira de varios de los espectadores que presenciaron el suceso, tuvo que ser evacuado del lugar. Al parecer, el piloto perdió el control del todoterreno tras superar un montículo de arena, en la conocida comoroca pila. Lo que sucedió hasta que el vehículo apareció panza abajo, con las ruedas en el aire, no está demasiado claro.

'El coche saltó por los aires y, cuando aterrizó, rodó directamente hacia los espectadores', afirmó el jefe de la división continental de la Patrulla de Caminos de California. 'No había ningún tipo de barreras', abundó. 'La gente apenas tuvo la posibilidad de huir'. Las imágenes de la carrera, cuatro vueltas a un circuito de 80 kilómetros, a una velocidad máxima de 100 km/h, muestran cómo muchos espectadores se encontraban dentro del mismo trazado, una pista de tierra.

Los organizadores de la carrera han declinado hacer declaraciones. Pero este nuevo accidente mortal, el más grave de los conocidos en lo que va de año, cuestiona una vez más la seguridad de este tipo de pruebas.

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