Este artículo se publicó hace 15 años.
Hace tres años que Florentino Pérez no se fue
El 27 de febrero de 2006 dejó de presidir el club 'galáctico' que había creado. Hoy prepara su vuelta en las próximas presidenciales
Veintisiete de febrero de 2006. Ayer hizo justo tres años. La convocatoria era a las siete de la tarde en el Bernabéu. Por la mañana, las secretarias de algunos de los hombres del presidente, la junta directiva más rica de la historia del Real Madrid, habían tenido que anular algunas citas para incluir una reunion de junta extraordinaria en la agenda. La serpiente unicolor, coches oscuros con cristales tintados, en la puerta del Estadio. Los vicepresidentes ya lo sabían antes de llegar. También Fernando Martín, el hombre al que había decidido nombrar sucesor. Antes de que se sentasen en la sala, el propio Martín había susurrado en muchos oídos, con una sonrisa de oreja a oreja: "Floro se va".
El silencio se hizo en la sala. Florentino Pérez tomó la palabra y pronunció la frase esperada: "Me marcho". Sólo una voz salió al quite, sin un atisbo de esperanza: "¿Hay alguna posibilidad de que reconsideres tu postura?". La respuesta, tranquila, del presidente: "Lo he pensado bien. Creo que es lo mejor para el Madrid y para mí. No tiene ningún sentido seguir así. No he podido con ellos." Se refería a los jugadores a los que reconoció públicamente en su despedida haber malcriado.
El 27 de febrero de 2006, Pérez tomó la palabra y dijo: "Me marcho"Huida o dignidadEl hombre que dejó tirado al Madrid o que tuvo un gran gesto de dignidad, según quien lo cuente, tomaba su decisión más difícil. En su círculo más cercano cuentan que en el mismo momento que el problema traspasó la frontera de su empresa, Florentino decidió que era el momento.
Una semana más tarde, en el reservado de su restaurante de cabecera, le confesaba a un amigo íntimo que no aguantaba más. Por primera vez en su vida se sentía bloqueado y temía hasta por su salud. No había más que comparar la imagen que presentó a Figo tras su llegada a la presidencia y la del día que dejaba el club de sus amores por la puerta de atrás.
El tremendo desgaste de un poder omnímodo en todas las parcelas del club. Florentino nunca fue de delegar. Hasta el protocolo del palco en cada partido llevaba su supervisión. La falta de resultados de los tres últimos años, después de tres años de éxito y de devolver al Madrid su esplendor económico y deportivo, con algunos de los mejores jugadores del mundo luciendo la camiseta blanca, especialmente Zidane, se marchaban al limbo.
En un mes, fuera de la sobreexposición, parecía que se había hecho un liftingA finales de marzo de aquel mismo año, sus amigos le preguntaban a Florentino si se había hecho un lifting. Fuera de la sobreexposición, del demoledor estrés, había recuperado hasta el buen color en su tez. Pero Florentino andaba contrariado, después de los primeros movimientos de Fernando Martín: "Me he equivocado, me he equivocado. Este se ha vuelto loco".
Desde aquel momento, su sombra planeó en todos los movimientos institucionales, no perdió ni uno de sus contactos en el mundo del fútbol, no habló nada, pero masculló muchísimo. Movió hilos invisibles, participó en la sombra en las últimas elecciones y sólo se revolvió cuando recibió un ataque frontal de Ramón Calderón.
Se hizo una foto en Fez con Zidane y Ronaldo, recuerdo de tiempos mejores, de un presidente conseguidor. El fútbol, como la vida, tiene memoria selectiva. Sólo se recuerda lo bueno. Económicamente, un lince. Lo deportivo es otro cantar. Su sombra se convirtió en presencia. Le diseñaron la mejor campaña de marketing de la historia basada en el silencio. Nunca se consiguieron tantos minutos de televisión, radio, prensa e internet, sin decir públicamente ni pío.
Si algún íntimo le pregunta, contesta: "Aún no lo sé, pero vete preparando"Ahora ya tiene decidido volver. Si algún íntimo le pregunta si se presenta, él contesta: "Aún no lo sé, pero vete preparando." Lo tiene todo diseñado. El plan perfecto sería conseguir que no hubiese otro candidato enfrente. Con Ética Madridista maneja la transición de Vicente Boluda (supongo que será una broma eso de que puede ser vocal de su futura junta).
Fichajes sonados (Kaká y Cristiano), además de algún jugador español. Le gusta Wenger, pero es más fácil Ancelotti, ese al que eliminaron de la UEFA ayer con el Milan. Fuera de lo deportivo, un nuevo modelo social que va a traer cola y, sobre todo, Valdano cerca, para que no le pase como hace tres años. Sin ese paraguas, se mojó demasiado. Dicen que ha aprendido de sus errores, que sabe donde falló. Hace ya tres años que Florentino Pérez dimitió, pero no se fue del Madrid.
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