Este artículo se publicó hace 17 años.
Cuando el único color que se siente es el del dinero
Muchos futbolistas eligen destinos exóticos para terminar sus carreras deportivas.
Cardiff amanece lluvioso, con ligera neblina. Son las diez y media de la mañana y la gente discute cerca de Ninian Park, un mítico estadio pero que ahora está llamado a batallas menores porque el City camina perdido desde hace mucho tiempo en categorías de bajo coste. El fútbol galés no genera atención y los galeses sólo detienen su acalorada discusión sobre la marcha de sus respectivos equipos de rugby cuando ven acercarse un flamante Bugatti de color negro. Curiosean. Les suena la cara del conductor y enseguida uno exclama: "Ése es Jimmy Hasselbaink".
El veterano futbolista, en marzo cumple 36, sale del coche con su típica cara de pocos amigos, saluda a regañadientes a los curiosos y entra al estadio dispuesto a rememorar aquellos años en lo que todo un estadio como el Calderón coreaba su nombre a ritmo de goles.
Hasselbaink pelea con otro clásico, Robbie Fowler, por un puesto en el once del Cardiff City. Un equipo que no tiene problemas monetarios y paga al holandés un sueldo impensable para su actual rendimiento y la condición del equipo es una Tercera división española.
Y es que no es sólo David Beckham el que ha elegido un retiro dorado para dar por cerrada su carrera futbolística. Si echamos una mirada rápida por algunas de las ligas más extravagantes del mundo, nos encontramos a leyendas que hace una década vendían miles de camisetas y sus autógrafos eran los más buscados.
Hasselbaink apura sus días futbolísticos al lado de jugadores noveles que bien podrían ser sus hijos. Una de las mayores promesas de Gales, que ya debutado con el equipo sub 21, Gunter, tiene 18 años menos que el ex rojiblanco. O, lo que es lo mismo, cuando Jimmy celebraba goles con el AZ Alkmaar, Gunter nacía en el hospital local de Cardiff. Otro jugador con una calidad superior como Okocha, recordado por su fútbol en el PSG que tantos quebraderos de cabeza dio al Madrid a comienzos de la década de los 90, apura su fútbol en el Hull City.
Juninho y Jardel, en las antípodas
Pero si de Gales nos vamos directamente al otro lado del mundo, y echamos una mirada por la liga de Australia, nos encontramos a dos míticos jugadores como Juninho y Mario Jardel. Ambos han llegado el pasado mes de agosto y son el reclamo publicitario para esta temporada de la Hyundai-League. Oswaldo Giroldo ‘Juninho' viste la camiseta del Sydney, y Jardel, la del Newcastle Jets.
El medio brasileño se encuentra en un descenso meteórico, que empezó cuando estaba vistiendo la camiseta rojiblanca. Allí sufrió una de las entradas más dramáticas que se recuerdan en el fútbol. Salgado le sesgó el tobillo en Vigo y ya nada fue igual.
De Jardel se puede decir más de lo mismo. Parece un siglo cuando los grandes del fútbol europeo se peleaban por tenerle en sus filas. De mejor goleador europeo ha pasado a rutilante jugador del que sólo resta el nombre que porta en la camiseta. Las cosas no es que le vayan muy bien a los dos. En la segunda jornada del campeonato, Juninho cayó lesionado de nuevo y, aunque ya reapareció, no ha destacado hasta el momento. Jardel sigue gafado con el gol.
Beckham, dinero sin placer
El factor desilusión es lo que suele rodear el caso de estos futbolistas, más preocupados por el color del dinero que de jugar al fútbol y enseñar cosas a jóvenes promesas. Claro que en esto de las competiciones de ‘serie b', Beckham se lleva la palma. El inglés abandonó el fútbol de elite subido en Cibeles, como campeón en el Real Madrid, y su llegada a Hollywood fue más espectáculo que fútbol.
Tres meses después de posar sus millonarios pies en Sunset Boulevard, sus apariciones se limitan más a los programas de televisión, ya que está permanentemente lesionado, y su equipo se encuentra hundido en el fango del soccer americano, pero con el palco con más glamour del universo futbolero. El soccer americano ha sido prolífico en estos casos desde que Pelé llegara para intentar expandir un deporte que nunca ha cuajado, ni cuajará. Aún así, en el debe de Beckham hay que sumar que tiene el honor de ser el único de estos semi-retirados que continúan jugando por su país.
De Boer y los petrodólares
Pero sin duda el mercado que se lleva la palma es el de Oriente Próximo. Allí al cobijo de los petrodólares, jugadores de clase mundial se dedican a jugar por un puñado de petrodólares. Por allí han pasado Guardiola, Hierro, Batistuta y ahora es Ronald de Boer el que apura sus últimas jornadas vestido de corto.
Inició su aventura junto a su inseparable hermano Frank, que decidió poner punto y final a su carrera hace un par de años. Pero Ronald sigue apurando sus días futbolísticos en unos estadios en el que las gradas siempre aparecen desiertas, no se sabe porqué interés los jeques árabes siguen apostando por un deporte prácticamente desconocido para el público árabe.
Los españoles ya no viajan
Hace unos años era algo común como los futbolistas españoles viajaban a estos mercados exóticos para retirarse. Michel, Butragueño, Carlos... decidieron que su destino final tendría que ser el Celaya, en México; Salinas y Begiristain viajaron a Japón para arropar los proyectos que allí comenzaban Floro y Azkargorta. Pero de eso ya hace años. Ahora la liga griega y holandesa son la vía de escape para estos jugadores. Gabri, Roger, Luque, Urzaiz y Raúl Bravo son los máximos exponentes... pero no están tan bien pagados.
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