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El Valencia ejecuta a la contra

Suma ante el Hércules su tercera victoria (1-2) y se pone líder. Villarreal y Racing hunden más a Levante y Zaragoza

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Trece años después, el derbi regional cumplió. Se le esperaba tanto que, cuando llegó, firmó los pronósticos de muchos que lo habían soñado. Un choque alejado de recuerdos, tan inquieto en su nacimiento como plagado de expectativas, no podía emerger con tanta precisión. El Hércules no había despertado y, cuando lo hizo, amaneció de golpe, con un sopapo que cercenó cualquier mandamiento desde el banco, un castigo a la concentración que dolió excesivamente. Mata, a pierna cambiada, acuchillaba los aires de grandeza con los que partían los locales ofreciéndoles la alternativa más indeseada; un partido en desventaja. La alerta ya había saltado apenas unos segundos antes. El revólver de Soldado no acertó ante Calatayud cuando apenas se circulaba.

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La resaca del Nou Camp se magnificó con el segundo, en el ecuador de la primera parte. Una contra precisa, tras una pérdida de balón de Drenthe, dejaba a los de Esteban fuera del guión. Sonaban campanas de goles, de embestidas sin control, en fin, de apetito voraz para un Valencia que se llevaba gustando muchos minutos jugando como más disfrutan; con metros.

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Pero el Hércules comenzó a destaparse, a quitarse complejos. Sin el estigma de su pasado modesto y encomendándose a Valdez, volvió a parecerse al de la semana anterior. Trezeguet, buscando espaldas, cosió espacios en los que antes se sentía sin sitio. No buscaban consuelo ante un Valencia superior, con pedigrí en las contras, con sensaciones siempre peligrosas. Pero, antes del descanso, les sonó la flauta. En un balón casi perdido, Trezeguet fabricaba otra historia abierta a la esperanza. Las manos de David Navarro anticipaban el gol del francés ejecutando la pena máxima.

Y parecía todo de cara en la reanudación, cuando los de Emery se quedaban con diez tras la segunda amarilla de Navarro cuando aún dormitaban muchos. El Hércules no mostró, pese a superioridad, una nueva versión. Siguió a lo suyo, exprimiendo su abc sin saltarse renglones. Fueron mejores, gigantescos con balón, jugando al pulso, encerrando al rival, creando oportunidades ante un Valencia que sólo se acercó a Calatayud en una ocasión. Lo demás se sostenía con la defensa paciente visitante, con los remates de Trezeguet (uno al poste, de cabeza, a siete del final), con el poderío, sin gol, en un carrusel de llegadas sin premio de los de Esteban.

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Por otro lado, el Villarreal se adjudicó el otro derbi regional de la jornada ante un Levante que puso el juego en el campo pero que sufrió el acierto ofensivo del conjunto de Garrido. Nilmar por dos veces antes del descanso dejaba un encuentro listo para sentencia.

Sólo el gol de Caicedo justo antes del pitido final dio una alegría incompleta a la afición levantina, que sigue sin estrenar su casillero de puntos en su vuelta a la Primera División.

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Por su parte, el Racing de Santander se impuso al Zaragoza en el Sardinero, en un partido en el que las ocasiones no llegaron hasta la segunda parte, pero siempre desde el lado cántabro.

El conjunto de Aurelio Gay no se acercó con peligro al área de Toño en todo el encuentro y lo pagó caro. Ariel avisaba primero con un gol que no subió al marcador por posición antirreglamentaria. Pero la alegría cántabra no tardó en llegar, Henrique tras un saque de esquina y Ariel en los instantes finales daban al Racing su primera victoria de la temporada.

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